𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - 𝕽𝖊𝖇𝖔𝖗𝖓𝖕𝖑𝖆𝖞

26. Te necesito

Auron despertó encadenado, con sus heridas aún sangrando y sin desinfectar. No podía siquiera girar la cabeza, tenía una cadena que le rodeaba el cuello.

- Está vivo, todo mal - se quejó uno de los guardias de Dios.

- Ya era hora que despertase...- se acercó el Rey hacia allá - tres flechas de amatista y sigues vivo... Aguantas como un campeón.

- Campeón tú puta madre - susurró con rabia sacando los dientes.

- Oye, tranquilo... Solamente mira lo que tengo por aquí - le desató de unas partes e hizo que andase pero calló al suelo por las heridas; Dios lo único que hizo fue darle una patada - vamos, arriba.

El demonio se levantó decidido a mostrar que no le dolía nada, caminaron hacia una sala y antes de entrar cruzó miradas con Julia, al ángel le dió un escalofrío de verle en mal estado.

La mano derecha de Dios estaba acostumbrada a ver ese tipo de cosas, pero tan solo de imaginarse a su pequeño Reborn así se puso enferma.

Mi pequeño Reb

¿Qué tal?

Yo? Como siempre perfecto
Está Auron allí verdad?

Está vivo, es lo único que te puedo decir, perdóname

Cómo coño me vas a decir que solo está vivo? Dame información

Está despierto y camina

...

Tres flechas clavadas de amatista ayer, y lo que le queda...

Y lo que le queda?! Qué cojones le estáis haciendo?! Mamá paralos, lo matarán

Ya... Ese es el objetivo Reborn

Estáis mal de la cabeza todo allí

No le harán nada más, estoy segura

Se escuchó un grito lleno de dolor desde la habitación, en ella había un armamento de armas de amatista.
Dios salió de allí con otras tres personas resguardándolo, tenía una herida recién hecha, y ya sabía quién se la había hecho.

- Sacarle información, torturarlo, me da igual lo que coño hagáis, pero ahora - habló el Rey de los ángeles mientras era escoltado para curarse su pequeña herida - Julia, serás el cerebro de esto, ves con el chico.

Mi pequeño Reb

Van a sacarle información, no te puedo decir más, tengo que irme te quiero hijo

Estáis todos locos

Julia se acercó a la habitación de tortura, al demonio se le veía débil, pero no iba a dejar que nadie pensara que lo era.

- Preguntarle por los próximos planes de gobierno - le dijo a los guardias que iban a actuar como la fuerza bruta.

- Tú chico ¿Por qué tenéis un ejército?- preguntó uno de los guardias al demonio.

- No sé - dijo este sin siquiera mirarles.

- Raúl no hagas esto más difícil, solo dilo - Julia intervino intentando ver qué lo entendía, pero claro, a ella nunca le había pasado nada.