- No, ahora enserio - después de unos minutos relajados estaban hablando los tres tranquilos -. ¿Por qué te enamoraste de Auron? Porque vaya gusto de...
-¡Ya sabemos lo que vas a decir cerda!- interrumpió el demonio cruzado de brazos.
- Pues no sé la verdad... Me gustó su forma de ser, su humor...- miró fijamente los ojos rojos del chico del cuál estaba enamorado -. No veo nada malo en él.
Auron le sonrió con ternura al ángel por decir eso. Él nunca había estado en ninguna relación y solo pensaba en no cagarla, pero pronto se dió cuenta de que eso no era lo que de verdad importaba.
-¡Qué bonicos' que sois!- exclamó la chica sonriendo por la imagen -. Reborn. ¿No perdiste ninguna apuesta para salir con él o algo?
-¡Mónica para de dejarme mal, joder!- el demonio miró a su hermana cómo rogando que se callara.
- No, coño, no he apostado nada con nadie, simplemente... Me enamoré de él y ya - dijo a la vez que soltaba una pequeña carcajada nerviosa.
- Yo fui la apuesta de un chaval de mi instituto...- comentó la chica con nostalgia.
-¿Y qué pasó con él?
- Qué está bajo tierra.
- Bienvenido a la familia sádica, guapo - murmuró Auron mirando la cara del ángel.
- Bien, dejemos el tema - tosió intentando desviar la atención de eso -. Auron, que hay de tí eh.
- Bah yo que sé - contestó él sin querer hablar de eso -. Pues que me protegía todo el tiempo y aparte, coño, es un ángel, sus alas son preciosas.
- Diría que es precioso... Pero entramos al infierno - la chica se puso tensa mientras fingía una sonrisa saludando a la gente -. No hagáis nada que pueda llamar la atención, y Reborn.
- Dime - susurró este con algo de pánico.
- Tírate al suelo del coche, así nadie te verá - el ángel la miró pensando que era una broma, pero al no serlo tuvo que hacerle caso.
Todo esto tenía que ser un pequeño secreto, por lo menos hasta que lleguen al palacio de Satanás, donde Reborn nunca se había imaginado estar y menos ser invitado extremamente por el dueño de ese lugar.
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-¿Qué hace ese ángel aquí?- unos demonios reían ante la imagen de Reborn admirando ese lugar -. Tú precioso reino está por otro lado, vete a matar demonios a otro lugar.
En ese momento el ángel sintió vergüenza, vergüenza porque gente pensaba tan mal de su especie, pero sabía que los ángeles pensaban mucho peor sobre los demonios.
-¿Tenéis algún problema con él?- Auron gruñó enseñando los dientes hacia el grupo de demonios que quedaron callados.