28. Una única cosa

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Reborn estaba en su habitación con Momon y Mara enfadado, muy enfadado. Según él Auron le había dejado tirado, no quería llorar, pero los ojos le ardían de la desesperación.

-¡Una única cosa que le digo!¡UNA!- el ángel se desahogaba con sus amigos - y el cabrón no lo hace...

- Reborn, piensa que alomejor no ha podido ir por algo - Momon intentaba tranquilizarlo, pero no le servía de nada.

-¡Seguí vuestra mierda de consejo y todo mal!- seguía sin parar con la atenta mirada de los dos - es que sabía... SABÍA que no podía confiar en él.

-¿Pero por qué te molesta tanto?- preguntó su hermanastra - digo, solo le pediste que fuese a un sitio, no tiene que ser nada importante.

-¿¡No lo sabías?!- casi gritó el otro.

- Reborn te hemos dado muchos consejos, dinos cuál de ellos ibas a seguir.

- Le... Le iba a pedir que si quería ser mi novio...- el ángel lo dijo más bajo mirando al suelo notando como sus lágrimas salían por fin de sus ojos.

Mara se levantó con tristeza y abrazó a su amigo, le dolía verlo así por amor, ya que nunca lo había visto así por esa razón.

Llamaron a la puerta, obviamente ninguno de los tres iba a abrir en ese momento, hasta que escucharon la voz e Perxitaa detrás de la puerta.

-¡Auron estás medio muerto deja de hacer el gilipollas y vamos a la enfermería!- gritaba a quién estaba llamando a la puerta, que ya todos sabían quién era, ese demonio.

- Reborn, perdóname por no ir a lo que me dijiste... Te lo puedo explicar.

-¡Se lo explicas a tu puta madre!- interrumpió rápido el ángel acercándose a la puerta sabiendo que el demonio estaba tras ella -¡Ah no, espérate!¡Qué está muerta!

-¡¿Tienes algún tipo de retraso en la cabeza para decir eso?!- se escuchó después de un largo silencio.
Los dos ahora mismo odiaban que se escuchase todo lo que se decía por las finas paredes.

- Tú eres el que tiene un retraso - le contestó siguiendo con el enfado - te dije una puta cosa y pasaste de mi cara ¿Por qué? Porque eres un puto demonio, todos sois así.

-¿Enserio vas a decir que yo no he ido porque soy un demonio?- preguntó el otro casi riendo -¡Ni siquiera te atreves a mirarme!

-¡Será de lo feo que eres gilipollas!

- Al menos soy un demonio, ángel asqueroso, que no sé ni cómo estás orgulloso de ser lo que eres - al ángel le ardía la sangre, no iba a perder esto, ni por Auron ni por nadie.

- Mi madre siempre ha tenido razón en todo lo que ha dicho - siguió antes de sacar una sonrisa de superioridad - alomejor ese día de luto es una tontería.

-¡No te mereces una mierda!- el demonio estaba destrozado ¿Cómo una persona que quería podía decir eso?- Ojalá... Ojalá te mueras y cuando quieran hacer ese día especial un grupo de personas se oponen.

- No me importaría, esas personas serían mis ídolos de hecho - el ángel puede que no pensase eso, pero sabía todo el daño que estaba haciendo.

- Das asco... Eres como tu madre... Al fin entiendo la razón por la que tu padre os abandonó - Auron fue directo al punto débil del otro, pero no le importó - al menos mi madre me dijo que me quería la última vez que me vio, cosa que no hizo el tuyo.

-¿Quién te ha dado derecho de hablar sobre eso?- preguntó Reborn con rabia -¿Sara? Ay, no, esa era la hermana desaparecida y muerta... Quería decir la otra, Mónica eso.

𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - 𝕽𝖊𝖇𝖔𝖗𝖓𝖕𝖑𝖆𝖞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora