36. Calor

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Auron llevaba encerrado en su habitación desde que había llegado. Se miraba al espejo, su cuerpo lleno de moratones, sangre y heridas aún abiertas, todo mal.

- Doy asco - murmuró volviéndose a poner la sudadera y saliendo del baño.

Se había escapado él solo, en la cara de Dios, así no culparían a Julia de nada, mejor para todos.

Reborn como personaje que era, estaba sentado en la puerta de la habitación de su amigo, esperando a que le diese vía libre para entrar ya que todavía ni se habían visto.
Lolito paró con una sola mano al ángel, por prohibición de él, no habían podido ni mirarse.

- Auron... Estoy aquí, si quieres puedo entrar - dijo tranquilo separándose un poco de la puerta.

Esta se abrió lentamente dejando ver al demonio, quién estaba sentado en el suelo.

- Pasa, pero ya.

El ángel casi corrió hasta estar dentro de la habitación y cerró la puerta antes de que el demonio se molestase.

Lo vio sentado en el suelo con cara de pocos amigos, pero cuando sintió la mirada del ángel sonrió mientras se tumbaba cansado.

- Aquí estoy - murmuró sintiendo como el ángel se le ponía a su lado.

-¿Cómo... Conseguiste hablarme?- fue lo primero que se atrevió a preguntar Reborn, luego negó con la cabeza - lo siento, eso no era lo que tengo que decir primero.

-¿Va a ser todo formal o?

-¿Estás bien?¿Te duele algo?¿Quieres que te traiga algo de comer?- cortó lo que el demonio estaba diciendo para hacer preguntas rápidas.

- No te preocupes - rió por la preocupación de su amigo - todo está bien.

- Nada está bien - soltó sin pensar el ángel tumbadose en el suelo junto al demonio.

-¿Te pasa algo?

- No... Simplemente no sé qué me pasa eso es todo - murmuró para sí mismo -¿Te gustó la carta?

- Hombre pues claro - contestó sonriente - pero que sepas que yo hago lo que me da la gana.

-¡Te escribí que podías decir información mía!

-¡Ya pero no quiero!

-¡Pero yo sí!

-¡Serás gilipollas!- gritó finalmente cuando los dos ya se habían incorporado.

-¡Pero soy tu gilipollas!- contestó sonriendo con burla. Se acercó al ángel y apoyó su cabeza en su pecho sintiendo el calor del otro - allí no había nada bueno...

El ángel lo miró con compasión, había estado días encerrado recibiendo torturas y por fin estaba fuera.

- No volverás allí... Tranquilo - le susurró acariciando su pelo suavemente.

- Cabrón ¿Cómo que soy tu demonio?

-¿Acaso no quieres?- preguntó riendo suavemente al no obtener respuesta - lo ves.

-¿Sabes que cada ángel tiene un demonio definido? Y no hace falta que sea amoroso - dijo como dato.

-¿Ah sí?¿Y cómo sabes que es el indicado?- preguntó curioso el ángel al nunca haber oído eso.

- Cuando estás con él o ella a solas sientes un ambiente distinto que nunca has sentido con otra persona - explicó abriendo los ojos (los había cerrado por el sueño)

- No sé diferenciar eso - contestó Reborn dando una vuelta visual a la habitación.

- Cállate, ahí lo notarás - los dos callaron durante unos minutos - Dime: calor, frío o nada

𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - 𝕽𝖊𝖇𝖔𝖗𝖓𝖕𝖑𝖆𝖞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora