SOUTH || Joshua Bassett [#2]✔️

Capítulo 40

–¿Me vas a dejar aquí parado?– dijo con las bolsas de comida en las manos, extendiéndolas a mí –no es mi comida, viene caliente, se va a enfriar–.

–Estamos a medio verano–.

–Estamos al norte del país– touché.

–Utah es uno de los estados con más calor en el verano, la comida no puede enfriarse debido a que tiene ciertas partículas que la...–.

Rodó los ojos –ya, ____, solo tómalas, no quiero que me des una de tus lecciones de sabelotodo– interrumpió –vengo en plan de trabajo, no pienso decirte nada de lo sucedido si eso crees, además ya pasó mucho tiempo–.

Tener a Zach al frente de mí me había causado un dolor muy grande en el estómago, que podía incluso vomitarle encima por las náuseas que tenía, no lo había visto desde que terminó la escuela y mucho menos dirigido la palabra, pero el hecho de que la nueva miembro de mi familia haya ordenado comida de ahí, en serio me había dado un mal dolor.

Y al parecer a él también porque tenía la misma expresión que yo, aunque por otro lado parecía como si mi presencia le hubiera valido por completo, pues actuaba como si hubiera sido algo del pasado. Lo cual estaba bien, porque así era.

Sacudí mi cabeza de lado a lado y tomé la bolsa llena de comida que él traía, era del restaurante que ellos tenían, el mismo donde me pidió ayuda con la tarea de física y cuando estaba perdidamente enamorada de él.

No había querido ir desde ese día, y es que a pesar de todo, la comida si era muy buena.

–No te costaba tanto ¿ves?– le sonreí falsamente –son 25 con 99–.

–Si, claro–.

Tomé 26 dólares del frasco que había a un lado encima de un mueble, a lado de la puerta, y se lo entregué sin ganas, no sin antes pasar rápidamente mi mirada por Nick, que estaba a nada de estallar de risa, sentado en el suelo por lo que ocurría con Zach.

–Bien, disfruten su comida, y a ti te veré el primer día de clases–.

Asentí sin emoción –de acuerdo, adiós–.

–Muy bien... ¡Seniors!–.

–Si... seniors–.

Sin más que decir, Zach salió por el pórtico de mi casa, y se desapareció sin dejar rastro, con las manos dentro de los bolsillos de sus shorts de verano, con el aire soplando su cabello rubio que alguna vez me enamoró... Una cara de asco apareció en mi rostro.

–No puedo creer que te haya gustado ese chico– dijo Nick detrás de mí, viendo hacia el exterior como yo lo hacía –se puede comprender porque en serio que es guapo pero...–.

–Pero es un controlador– completé.

–Eso mismo– soltó una risa burlona –aunque no sé que sea peor, que te haya gustado él y hayas sido su novia, o que te hayas metido con un actor...– siguió riéndose –sin siquiera ser novios–.

Cerré los ojos y suspiré –¿en serio no tienes nada mejor que hacer?–.

Dejó de reír –¿además de molestarte? Para nada hermanita–.

–No soy tu hermana–.

–Bueno, chica que es hija de la pareja de mi madre–.

–Como sea, hay que entrar, ya llevamos mucho tiempo acá afuera–.

–Así es, no vayan a pensar mal nuestros padres–.

Sentí como un balde de agua helada me cayera en la cabeza, a la vez que un escalofrío recorrió toda mi espalda. Fruncí el ceño y lo volteé a ver, mirándolo completamente mal.

Río –eres una tonta–.

–Ah ¿yo soy una tonta?– pregunté indignada, sin poder creerlo.

–Estaba claro que era una broma, ____, deja de tomarte las cosas muy en serio–.

–Ya cállate–.

–A menos que no quieras que sea una broma–.

Nick se acercó a mí de forma seductora, como lo hizo la vez de mi sueño, de la manera en la que siempre el fuckboy de mi hermanastro lo hacía cuando quería agarrar a alguien. Despreciable a mi parecer.

Rodeé los ojos por segunda vez, y entré a la casa con paso firme dejando a Nick con las risas a todo lo que daban, podrían decirme loca por haberme puesto de esa manera y simplemente ir con él "flow", pero en mi opinión era algo enfermo querer una clase de relación de esa forma, y ni siquiera era relación.

Pero como sea, llegué al comedor donde dejé la comida sobre la mesa molesta, encontrándome con mi padre y Marissa mirándome desconcertados.

–¿Estás bien?– preguntó papá.

–¿Por qué?–.

Marissa suspiró –____ si algo te dijo Nick, no le hagas caso en serio perdónalo pro su comportamiento...–.

–No, no, no Marissa, todo está bien– respondí sonriendo –tengo hambre, es todo–.

–Tiene hambre– dijo el idiota sentándose a la mesa –al igual que yo–.

–Comamos entonces–.

Estaba a punto de sentarme a la mesa, cuando de la nada mi teléfono comenzó a vibrar, lo saqué del bolsillo trasero de mi pantalón, la pantalla brillaba con el nombre "Luke", y podía mirar mi cara en la pantalla, eso quería decir, que me estaba llamando por videollamada y no solo normal.

–Tengo que ir a contestar– solté mientras me iba de ahí –no tardo–.

Me encaminé a las escaleras para poder subir a mi habitación, y contestarle a mi mejor amigo.

–Hey– entré a mi habitación –¿qué haces? ¿qué pasa?–.

La imagen que tenía era sumamente extraña, tenía el teléfono pegado a la cara, no se podía ver nada alrededor de él, y por alguna razón su respiración estaba demasiado agitada que se podía escuchar por toda mi habitación, parecía como si estuviera caminando o corriendo, pero conociendo a Luke, voto por que iba caminando.

–No te llamaría por aquí si no fuera importante– contestó susurrando.

Asentí –lo sé, por eso dime ¿qué ocurre?–.

Luke se quedó callado por unos momentos –¿dónde crees que estoy?–.

Lo miré extrañada –en Idaho, sufriendo según tú, donde más podrías estar–.

–Bueno, si estuviera en Iowa, no te estaría mostrando esto–.

De un momento a otro, Luke giró la cámara de su teléfono hacia lo que se podría decir era el exterior, con mucho cuidado; se veía la estructura de un edificio, un salón de clases conocido con paredes rojas, las puertas de madera y todo lo demás blanco, y al fondo varias personas hablando con papeles en la mano.

Giré un poco mi cabeza para poder darle forma a la imagen que había plantando Luke, mas sin embargo, no tardé tanto en darme cuenta de lo que estaba sucediendo.

–No...– sentí un nudo en la garganta –¿tan pronto?–.

–Sip– contestó él –están aquí, ya están aquí–.

La chica que me había entregado la carta hace unos meses, los otros que estuvieron en mi casa el día del baile, y por su puesto, la persona que había tratado de olvidar, con la que soñé lo más real que había tenido, estaban aquí, en Utah, en East High, en mi escuela.

Volvieron.