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Jimin llegó a la casa azul. Fue tal como Wheein se la había descrito.

Caminó hasta la puerta, pero algo lo asustó cuando iba a tocar.
Un pequeño perro marrón le ladraba desde el otro lado de la reja.

¡UN PERRITO!
Ah, Jimin amaba a los perros.

Se acercó a la reja y se agachó frente a él. El chiquitín seguía ladrando, pero él simplemente le sonreía. ¿No era sumamente adorable?
Con una dueña como Wheein cómo no serlo.

ㅡ Hola, bonito, ¿podría tener el honor de acariciarte? ㅡ El perro siguió ladrando, pero aún así, Jimin acercó su mano a la reja.

La puerta se abrió de repente, deteniendo los movimientos del beta.
ㅡ ¿Qué crees que haces? Alejate de él.

Jimin se levantó cuando aquel chico de ojos oscuros lo miró con severidad.
ㅡ Ah, ehm, disculpa, no quería causar alboroto. Pero tienes un perro muy bonito y-

ㅡ ¿Quién eres? ¿Qué quieres?

ㅡ Me llamo Park Jimin y, ¿esta es la casa de Jung Wheein? ㅡ preguntó algo nervioso.
Si la sola presencia del castaño imponía, no quería ni siquiera averiguar lo que éste podía hacerle con sus feromonas a otros lobos.

ㅡ Jimin.
Sí, ella ha hablado de ti. Pero no me dijo que venías.

Con más confianza, Jimin se acercó ㅡ Bueno, es sorpresa. Realmente no me ayuda mucho sólo oírla ㅡ jugó con sus dedos ㅡ ¿Ella está? ¿Podría verla?

Yoongi pareció pensarselo, mirando hacia otro lado mientras masticaba su labio inferior.

ㅡ Supongo que eres el padre del pequeño, ¿no? ㅡ siguió el pelirosa, al verlo indeciso ㅡ Entiendo por qué dudas, pero yo no podría causarle malestar de ningún tipo. A demás de inofensivo, soy un beta. Así que no podría perturbarla de ningún modo.

Asintió ㅡ Bien, pasa.

Jimin ingresó y sintió la casa más cálida. ㅡ ¿No hace buen tiempo como para tener la calefacción prendida? ㅡ preguntó sin pensar.
La mirada de pocos amigos de Yoongi, lo amedrentó. ㅡ Si es que me permites decirlo.

Señaló escalera arriba ㅡ Wheein ha estado algo friolenta. Puedes ir a verla, voy a prepararle un té. ㅡ caminó hacia la cocina.

ㅡ Sí, gracias.
Él mío con dos de azúcar, por favor. ㅡ indicó, dándose la vuelta para subir las escaleras.

Yoongi frenó su andar y lo miró... ¿Acaso acababa de...?

ㅡ🐾ㅡ

Jungkook estaba estacionado fuera de la casa, pero no podía entrar ahí.

Wheein, la única omega en la que confiaba, iba a morir.
No era tonto. Ninguno de ellos lo era.
Destruida como estaba, ella no tenía oportunidad.

Negó, estaba algo alterado con la sola idea de verla de ese modo. Lo mejor era dar un par de vueltas para despejarse e intentarlo después.

Arrancó y prendió marcha hacia los alrededores del barrio. Aprovechó para ver el paisaje de esta parte de la ciudad.
No era el centro, por supuesto, pero había más casas y ajetreo que lo acostumbrado en su pueblo.
No estaba ayudando mucho a su idea de encontrar calma.

Calma que jamás encontraría en ese momento cuando, al pasar, vio a Namjoon en un puesto de café.
¿Así que el malnacido incluso prefirió comprar en otro lado que enfrentarlos?

Por supuesto. Para él, Jimin era tan reemplazable como un café.

Jungkook gruñó e hizo sonar su motocicleta, llamando la atención de algunos. Entre ellos, Namjoon; que al ver con detenimiento de quién se trataba, dejó caer su café y se echó a correr.

No Biting.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora