《 31 》

8.7K 964 323
                                    


— CAPÍTULO 31 —


     —¿No crees que está exagerando? —la voz de Abigail resonó en el estudio de Aaron.

     En los últimos días, Vanessa no daba señales de mejoría. Las pesadillas del atentado mezcladas con su secuestro y enfocadas en un mismo causante, no desaparecían. Las redes sociales estaban abarrotadas de los rumores, de las especulaciones sospechando sobre el paradero de la modelo, llegando incluso a pensar que pudiera estar muerta. Una de las razones por las cuales Vanessa prefería no mostrar la cara, era por la vergüenza. También era transparente, y no iba a demostrar una cosa que no era. Estaba deshecha, no se sentía ceñida a su alma, y ya no se sentía dueña de sí misma. Porque alguien más la tenía prisionera, alguien era su dueño.

     —Estoy segura de que quiere llamar la atención —volvió a opinar, pero su ex marido siguió atento a las hojas esparcidas en su escritorio. Abigail bufó —. Mira cómo te tiene, ni siquiera sales. Por eso fue que nos separamos, por eso fue que nuestro matrimonio no aguantó; porque siempre estabas más enfocado en Vanessa que en tu verdadera familia. ¿Qué hay de Daphne?, ¿acaso no te interesa tu propia hija?

     Aaron respiró con profundidad, cerrando los ojos. La verdad era que no estaba contento con Abigail, pues cada vez más iba descubriendo cosas acerca de Bivian, y que ella participó en eso. Por eso a veces llegaba a altas horas de la noche, por eso era que Vanessa se extrañaba al no verlo en casa como solía, porque se veía con un investigador que le estaba propiciando las informaciones, incluyendo lo que fue la vida de Bivian hasta su muerte.

     —Mira, Abigail, si nuestro matrimonio se terminó no fue por mi sobrina, fue por ti. Después de que llevaste a Vanessa a una casa de acogida, el cariño que sentía por ti fue esfumándose, tenías actitudes que me desconcertaban y la mayor parte del tiempo estabas irritada. —Se puso de pie y se pasó la mano por la cara, intentando no perder los estribos, sin dejar de hablar y bajo el escrutinio de su acompañante —. Y no, Abigail, no me olvidado de mi hija, que te recuerdo, es como una hermana para Vanessa y la quiere como a una. ¿O qué?, ¿le vas a dar tú el apoyo que necesita?

     —Solo digo que me parece una exageración todo esto —se encogió de hombros —. ¿De verdad crees que se siente culpable por algo que no causó?, ¿Vanessa? Por Dios, ni siquiera se sintió culpable por destruir el matrimonio de algunas mujeres, ni siquiera cuando se acostó con tu hijo, ni cuando se deshizo de esa...

     —¡Ya basta! —alzó la voz bastante enojado, estampando su mano contra la mesa y haciendo que Abigail pegara un pequeño salto del susto. Aaron estaba estresado por todo el maldito trabajo que tenía, por lo que comenzaba a descubrir sobre lo de Bivian, que posiblemente alguien que haya querido mucho se viera involucrado, porque su sobrina estaba encerrada en su habitación sin saber contra qué mierda estaba luchando, porque debía procurar que Nick no se atreviera a realizar algún contacto sentimental con ella —. ¿Qué sabes tú acerca de lo que Vanessa pasó en ese lugar?, ¿qué sabes tú lo que sintió al ver todas esas personas heridas y muertas?, ¿cómo te hubieras sentido tú al ver a tantas personas amontonadas en un mismo lugar, queriendo salvar sus vidas y las de sus acompañantes y verlos hechos nada por una jodida explosión?

     —Aaron...

     —Estoy cansado de tu egoísmo, Abigail, de verdad. Me sorprende que Daphne sea tu hija, y si no le he pedido vivir aquí conmigo es porque soy consciente de que eres su madre y en parte te necesita. Incluso, a veces viene a la seguridad de mi casa porque nadie la atosiga con mierdas.

     —¿Mierdas? Al menos sí la educo, en cambio, ¿tú qué? Te enfocas más en Vanessa que en los estudios de tu hija, ¿y sabes algo? Esta es mi manera de educarla y ni tú vas a meterte en eso. Claro que la educaré mejor que tú, porque, ya ves cómo es Vanessa, nada más haciendo de las suyas y ensuciando el apellido tuyo y de tu hermano. Si tengo que quitarte a Daphne para que no sea como el desastre de tu sobrina, créeme que lo voy a hacer.

Protegida por Nick © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora