《 37 》

8.7K 870 107
                                    


— CAPÍTULO 37 —


     Vanessa se encontraba bajo la atenta mirada de su tío. Daphne estaba presente, al igual que Nicholas, solo que este último se mantenía en esa postura a la que se acostumbró a tener en el servicio militar, no había nada de desgarbo en su posición. Estaba erguido, vigilante, y preocupado por la recuperación de su custodiada, sintiéndose un poco impotente por ni siquiera poder tomarla de la mano con libertad para reconfortarla. A veces, justo por eso mismo, odiaba su trabajo, aunque amara cuidarla y velar por su seguridad. De un momento a otro, las ganas hacerle saber al mundo que se sentía enamorado de aquella joven, se intensificaron. Trataba de entenderlo, de comprender por qué antes no las había sentido tan fuertes, por qué ahora se sentía tan desesperado por estar a su lado y que las reacciones de los demás no le importaran cuando antes hasta se sentía culpable por sentirse atraído hacia ella.

     En serio que esa rubia lo había cambiado, lo había convertido en algo desconocido.

     —Encontraron cocaína en tu sistema, Vanessa —la voz seria de Aaron hizo que a aquellos tres se les formara un nudo en la garganta e inconscientemente, la nombrada dirigió su vista hacia su guardaespaldas. Este la observaba atento, frunciendo el ceño levemente.

     ¿Cocaína? Por Dios, no solo había sido alcohol, también había ingerido otra cosa que resultaba perjudicial para su salud.

     Nick negó la cabeza disimuladamente sin quitarle los ojos de encima, preguntándole con la mirada por qué había recurrido a eso. Vanessa notó cosas en su semblante, decepción, preocupación, tristeza. Joder, ya comenzaba a juzgarla con su mirada. Si él se ponía así solo por haber escuchado que había metido cocaína a su cuerpo, no quería ni imaginarse cuando se enterara de las cosas de su pasado, ese por el cual ya no empezaba a sentirse cómoda, no cuando comenzaba a construir un bonito presente con alguien como Nick. Pero su pasado ya no lo podía cambiar, las cosas que hizo, las cosas que probó, eso que estuvo en su interior y perdió; ya no podía arreglarlo, y en un momento hasta llegó a sentirse cómoda con todo eso. ¿Qué cambió? Si antes no le importó lo que pensaran de ella, ¿por qué ahora comenzaba a temer que Nick la viera con ojos acusatorios por saber esa parte de su vida antes de que él llegara a esta?

     Claro, porque no había nada malintencionado en él. Aunque Nicholas no fuera perfecto, cosa que tenía muy claro, tampoco era una persona irresponsable como muchas veces ella lo fue. Nick era todo lo que Vanessa nunca había sido; prudente, sensato, recto y por cómo era, estaba más que claro que él jamás había tenido un estilo de vida desorganizado y alocado como el de ella. Cosa que sorprendentemente hizo que no se sintiera merecedora de alguien como él, que no se sintiera a su altura.

     —Esta vez llegaste a un límite —volvió a decir Aaron y se sentía tan tenso el ambiente, que Vanessa quería salir lo más pronto de allí. Odiaba los regaños, las confrontaciones en la que la hacían sentir como una niña.

     —Lo sé —respondió seca y su tutor no le quitaba la mirada de encima. Es que ni siquiera se quería imaginar qué hubiera pasado si Trevor no hubiera ido, aunque, esa cuestionante no se le salía de su cabeza, ¿qué rayos hacía ahí el hermano de Nicholas?

     —¿Te vas a pasar la vida entera en esto? —esa pregunta casi hace que la joven pusiera los ojos en blanco, pero se contuvo. Era su merecido por haber atentado inconscientemente contra su vida de la forma en la que lo hizo. Ya solo quería que su tío acabara su discurso para no sentir esa creciente ansiedad —. ¿Te la vas a pasar la vida entera esclavizada al jodido alcohol? Llevas días estando más borracha que sobria, ¡ya para por el amor de Dios!

Protegida por Nick © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora