《 14 》

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Got you On My Mind - NF


― CAPÍTULO 14 ―


     La lluvia caía y Nick recorría las calles con la mirada en las aceras, teniendo la esperanza de que encontraría a su hermano menor. Eran las dos de la mañana y todavía Trevor no había dado señales de vida.

     Nicholas ya no podía aguantar esa inestabilidad, esa inconsistencia que tenía su hermano, ese descontrol. Tenía desde los dieciséis años atrapado en esas sustancias de mierda, y se estaba jodiendo la vida. Nick trataba de ser paciente, de que se recuperara tomándose su tiempo, pero haciendo esto, escapándose del centro de rehabilitación, él solo retrasaba su recuperación. Sí, Nick no había estado con él desde hace tres años cuando se fue a Afganistán, su padre había pasado por la peor parte, en ese sube y baja, pero eso no le impedía sentir que poco a poco estaba perdiendo a su hermano.

     El sonido de su celular lo alejó de sus pensamientos y notó que un número desconocido habitaba en él.

     ―Diga ―respondió.

     ―Estoy en casa ―oyó la voz de Trevor y tragó. ¿Cómo no se imaginó que iría para allá? Sintió alivio de repente, al menos estaba bien, dentro de lo que cabía.

     ―Ya voy para allá, quédate ahí ―cerró la llamada y aceleró.

     Quince minutos después se encontraba estacionando el vehículo al lado de su casa, la cual había conseguido al llegar a Los Ángeles, pues entendió que ya debía tener su espacio. Y al estar en frente de la puerta principal se dio cuenta de que tendría que cambiar la cerradura, porque estaba forzada. Negó con la cabeza con desapruebo y se apresuró a entrar.

     ―¿Trev?

     No obtuvo respuesta, así que se paseó por la casa entera en busca de su hermano. No era algo grande, más bien acogedor, de un piso, con el espacio para tres personas que la pudieran habitar. Buscó en las tres habitaciones, en los baños, en la cocina, pero su hermano no estaba dentro. Se dirigió a la sala de estar para intentar llamar de nuevo al número desconocido, y mientras escuchaba los tonos, sus ojos viajaron hasta la reducida terraza y ahí lo vio; tirado en la grama con la vista hacia el cielo. Y sintió que pudo volver a respirar con regularidad.

     Canceló la llamada y salió. Debían hablar, debían dejar las cosas claras y hablar de su recuperación.

     ―Sabes que no deberías estar aquí, Trev ―le dijo con las manos metidas en los bolsillos.

     ―No tengo otro lugar a donde ir ―le habló. Pasaron varios segundos cuando de repente las lágrimas del muchacho comenzaron a rodar por sus sienes. Él no sabía cómo más escapar de ello, cada vez que intentaba alejarse de las drogas, más lo atraían.

     Nick escuchó sus sollozos y respiró profundo. Se acercó a él y se sentó en el suelo, a su lado. Trevor se reincorporó, apoyando sus antebrazos en las rodillas y aun con lágrimas en los ojos. Nick sentía su impotencia, y por eso llevó su mano hasta el hombro de su hermano y le dio un apretón.

     ―Lo siento ―se disculpó volviendo a derramar más lágrimas, y ya no pudo detenerlas. El veinteañero sentía su pecho arder y el enojo acumularse en su pecho. Se odiaba a sí mismo por ser como era, por ocasionar desastres solo por satisfacer sus deseos. Se odiaba por ser una jodida carga para su hermano mayor y para su padre. Luchó contra lo que quería, luchó contra sus impulsos de salir del centro de rehabilitación y buscar la sustancia que lo mantendría calmado y que al mismo tiempo lo mantendría en ese infierno ―. Lo siento, traté ―volvió a disculparse y a Nick se le destrozó el corazón al oírlo roto. Tanto esfuerzo tirado por la borda ―. No puedo detenerme, no sé cómo hacerlo, y lo intenté, Nick.

Protegida por Nick © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora