Ella, Es Mi Reyna (+18) [SAP#2]

|• Capítulo 11 •|

Johs.

Me despierto por los rayos de luz que golpean mi cara. Tomo mi reloj que está en la mesita de noche mire la hora 8:00 a.m por dios me pase de la hora que tenía que levantarme.

Me levantó de la cama y camino hacia la ventana de mi habitación, abro por completo las cortinas para que entre más luz.

— Veo que ya despertarte mi niño — me volteo para ver a mi Nana.

— Buenos días Nana — la saludé para caminar hacia ella y abrazarla.

— Te quedaste dormido — dijo riendo.

— Si me pase de la hora que era — comenté para sentarme en la cama.

— Oh ya me acordé para que vine a tu habitación — susurró para golpearse con la palma de su mano.

— ¿Y a qué venías? — pregunté para tirarme a la cama y mirar al techo.

— Vine a decirte que el desayuno ya está servido en el jardín y tus padres y tu hermana te están esperando en el jardín.

— Sabes Nana — susurré para levantarme de la cama y caminar hacia ella.

— ¿Qué tengo que saber Johs? — murmuró para mirarme fijamente.

— Tienes que saber que eres la mejor — bese su frente y camine a la ducha.

— Siempre que vines me dices esos.

Me reí y abrí la regadera oí como salía de mi habitación.

Mi Nana ha sufrido mucho, Deborah su propia hija la ha despreciado. Deborah no merece tener una madre tan buena.

Salgo de la ducha y me pongo mi ropa una camisa blanca y mi pantalón azul busco mis deportivos y me los pongo y salgo de mi habitación para caminar hacia el jardín desde lejos puedo ver a mi hermana sentada en una silla de ruedas tenía su pierna derecha extendida tratando de agarrar una manzana que está en el centro de la mesa pero no la puede alcanzar mire que se acercó más a la mesa me acerque a ella y tome la manzana y me la comí, pare de comer cuando sentí algo pegado a mi cara miro a Angie que me mira furiosa y se que me lanzo un  red velvet.

— ¡Angie pero que hiciste!— grito mi madre al ver el desastre en el césped.

— ¡El se me robó mi manzana con tanto esfuerzo que hice para agarrarla el llegó y se la comió! — grito mirándome molesta.

— Johs deja de burlarte de tu hermana, si — bufo mi madre mirándonos severamente.

— Como en los viejos tiempos llorona — añadí para cargar a Kala.

— ¡Oye! — exclamó haciendo un puchero.

— Ustedes no cambiarán enserio desde niños se hacían maldades son unos inmaduros — dijo mi padre con diversión.

Recuerdo toda las maldades que le hacía a mi hermana si que era cruel en ese entonces, recuerdo cuando la obligaba a jugar conmigo.

— Lo recuerdas también — dije mientras soltaba a Kala en el jardín.

— Si, eras muy grosero conmigo me rompiste mi oso panda de felpa lila era mi único regalo de papá y tu lo rompiste — dijo fulminando me con la mirada.

— Pero a ti no te castigaron ni te dieron un sermón solo lloraba como una nena pequeña — comenté divertido.

— ¡Oye tenía cuatro años! — se  hizo la ofendida.

— Y a ti no te quitaron los juegos ni videojuegos — digo agarrando una uva pero la tuve que votar por el manotazo que mi madre me dió.

Mire como mi hermana se reía a carcajadas en el jardín.