CAPÍTULO 16

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Dentro de una habitación con paredes blancas, Mean observó detenidamente a Plan moverse por toda la habitación, parecía debatirse mentalmente. Mean contuvo la respiración cuando Plan se acercó hasta él, invadiendo su espacio, rozando sus rostros.

- Mean – susurró posando una de sus manos sobre su mejilla, acariciándolo para luego besarlo lentamente.

Mean se dejó besar, aun estático, sin moverse ni un milímetro lejos; sintiendo los labios suaves y cálidos de Plan. Trató de no pensar en nada, mientras pensaba en todo.

Sabia a alcohol, talvez vodka mezclado con algo dulce como duraznos, sus manos ya no estaban sobre sus mejillas, sus brazos se encontraban enroscados alrededor de su cuello, sintiendo la fuerte fricción de sus zapatos y el piso alfombrado.

- Uhmm – unos suaves gemidos se escucharon en el aire, pero podía jurar que no eran suyos.

Cuando se separaron en una fracción de momento, vio los labios abiertos, la respiración entrecortada y el rostro colorado de Plan. ¿Cómo podía verse tan inocente y erótico a la misma vez? Una sensación extraña estremeció su estómago, cayéndole como un golpe que lo dejó sin respiración.

No sabia a donde se dirigía, su cabeza dada vueltas.

Aun había enojo dentro de él; preguntándose ¿Cuánto más podría hacer aquel hombre para conseguir lo que quería? ¿odiaba saber, que era capaz de todo?

Sacudió con fuerza la cabeza, tratando de entrar en razón, pero las pequeñas manos que sostenían las suyas, eran cálidas y lo conducían a algún lugar. Fue incapaz de soltarse, aun cuando lo deseaba.

- Espera- dijo Mean plantando los pies frente al borde de la gran cama y un Plan junto a él.

- ¿Qué pasa?

- ¿Está seguro de esto? ¿no va a arrepentirse después?

- Nunca lo haría, deseo esto –

- Mean asintió – dejando claro su resignación.

Plan le desató la corbata negra, abriendo lentamente los botones de la camisa blanca que llevaba puesto. Mean no se movía en lo más mínimo, mas solo observaba algún punto fijo en la pared frente suya. Sus pequeños besos se posaron de un lugar a otro sobre el rostro y cuello de Mean, Plan luchó por quitarle la camisa, pero cuando sus ojos se posaron en los ojos de Mean sintió un gran vacío en el estómago.

El miedo al rechazó lo golpeó otra vez, apretando su corazón.

- ¿No vas a tocarme también?

- Puede hacer lo que usted quiera, pero no puede pedirme y mucho menos obligarme a que mis manos lo toquen.

- Debes hacer lo que yo pida... Y quiero que me toques- Declaró Plan tomando una de las manos de Mean y metiéndola bajo su camisa.

Mean no reaccionó, solo dejó sus manos bajo la camisa de Plan, arrugándolo en sus puños una pequeña parte de la camisa. Pasó la saliva acumulada en su boca, mordió sus labios y empujó a Plan sobre la cama posando su cuerpo sobre él.

- ¿Lo desea tanto Khun?

Plan asintió, cerrando los ojos, esperando algún movimiento de Mean.

Un beso llegó, seguido de una gran maldición, su cuerpo alejándose, dejándole un gran frio cuando lo privó de su calor.

Plan abrió los ojos, observando a Mean quien se abrochaba la camisa con las manos temblorosas y con un gesto indescriptible, no había enojo, ni miedo .... ¿Qué clase de expresión seria esa ...?

- ¿Estás bien? ¿Qué es lo que sucede?

- No puedo hacer esto...

- ¡Pero lo aceptaste! o es que cambiaste de opinión por mi hermana...

- Esto no tiene nada que ver, con P'Prim y si así fuera, usted sabe lo que sentía mi corazón ...lo sabe.

Le prometí que no volvería buscar a su hermana, dejé ir mis sentimientos ... es hora que me deje ir también –

- No puedo ...No puedo dejarte ir, te busque por tanto tiempo.

- No lo entiendes .... PUEDES TENER MI CUERPO, PERO JÁMAS MI CORAZÓN ¿Estás bien con eso?

Plan observó dolor en los ojos perdidos de Mean, odio tanto escuchar sus últimas palabras ¿Jamás podría tener su corazón? ¿Por qué?

- ¿Por qué? – salió imprudentemente de sus labios a pesar de que eran solo uno de sus pensamientos.

Mean no comprendía, nunca lo haría, como podía alguien como Khun Plan podía tener sentimientos por él. Era perfecto en todos los sentidos, un chico educado, con un trabajo estable, el poco tiempo que vivió con su familia observó el gran amor y preocupación por su hermana. Su vida podía ser perfecta, pero ahí estaba obsesionado por alguien como él, incluso siendo hombre.

- ¿Soy un hombre? ¿Usted es consiente de eso?

- Lo sé, soy consciente de ello-

Mean lo miraba atónito, sin saber que más decir.

- Comprendo – pero yo nunca he tenido preferencias por alguien de mi mismo sexo, así que olvídese de mí. – Nunca podre sentir nada por usted.

- ¿Te causa asco, las personas como yo? - Es eso lo que quieres decir.

- No, claro que no- No soy esa clase de persona. Respeto sus preferencias, pero yo ... solo he amado una vez y nunca he tenido la más mínima atracción por algún joven de mi mismo sexo.

- Comprendo, entiendo lo que tratas de decirme – Sus manos empuñaron gran parte de las sabanas blancas de la cama en la que aun se encontraba sentado y con el ultimo suspiro que le quedaba, pronunció:

SI NO QUIERES INVOLUCRARTE CONMIGO ... ¡VETE AHORA!

Mean salió de la habitación, con un vacío grande, un nudo en la garganta y los ojos llenos de lágrimas que intentaba reprimir. Caminó por las calles desoladas, sintiendo el viento correr, ¿Qué es lo que le estaba sucediendo? ¿Por qué recordaba el rostro melancólico de Plan?

No deseaba volver a casa, solo deseaba sacar todos los absurdos pensamientos de la cabeza, el sentimiento de culpa al dejar tan lastimada a una persona que no lo merecía, pero que se había enamorado de la persona equivocada.

Comprendía perfectamente sus sentimientos, alguna vez el sintió ese mismo gran sentimiento por Prim, la chica quien le enseño de amar por primera vez, pero a la misma vez le había enseñado el sentimiento de desilusión, tristeza y como sentir que te rompían el corazón en mil pedazos.

Ahora, había hecho lo mismo......

Había roto el corazón de una persona ... una persona que lo amaba. 

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