CAPÍTULO 37

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¿Qué estaba escuchando?

Ahora talvez comprendía porque Prim no le había respondido cuando preguntó por aquel accidente.

¿Por qué ocultarlo?, nada tenía sentido....

Ya en su habitación, pensó una y otra vez en lo que no debía haber escuchado. Se mordió los labios con nerviosismo y cuando planeaba salir en dirección a la habitación de Plan, se lo encontró frente a la puerta de su habitación.

- Plan – mencionó sorprendido.

- ¿Qué pasa? – No deseas verme. Recuerdo que dijiste que esta noche seria solo nuestra.

- Si lo recuerdo – Pero no me siento bien.

- ¿Qué sucede? – Tienes fiebre – dijo Plan tocando la frente de Mean y observando su rostro con mimo.

- Me gustaría descansar – lo siento cariño.

Plan entró en la habitación de la mano de su amado, observó su rostro pálido y el temblar de su cuerpo lo asustaba cada vez un poco más. Cuando este se acostó dentro de las sábanas blancas cerró los ojos por un momento y luego al abrirlos otra vez, observó a Plan en silencio. Dudando en preguntar lo que talvez no debía de interesarle y lo que mucho menos debía preguntar.

Pero porque Plan actuaba de aquella manera.... Si lo que había escuchado era cierto ¿Por qué Plan quería esconderlo tanto? ¿Acaso lo había hecho con intención?

- Cariño, limpiaré el sudor de tu frente con agua fría – dijo Plan corriendo al baño y llenando una pequeña vasija con agua y tomando algunas toallas del mostrador.

La toalla fría cubrió su frente, causándole alivio. Tomó otra toalla y con mucho cuidado la frotó por sus brazos, limpiando cada uno de sus dedos para pasar al otro brazo limpiando todo el sudor causado por la calentura que emanaba de su cuerpo. La temperatura de su cuerpo se normalizó, casi después de casi dos horas en las que Plan cuido de Mean con mucho cariño.

Al despertarse Mean observó a Plan dormido al lado suyo, dirigió su mirada a la mesa del tocador y al comprobar la hora, despertó a Plan con cuidado y le pidió que entrará en la cama junto a él.

El mayor se acurrucó en sus brazos y con la voz aun adormilada habló:

- ¿Te encuentras mejor cariño? – preguntó llevando la mano hacia su frente, comprobando que no tuviera fiebre.

- Estoy bien –

- Me alegra mucho – ¡ven vamos a dormir! – agregó acurrucándose en sus brazos.

Mean aun despierto, observó a Plan dormir plácidamente, escuchó como sus labios murmuraban palabras sin sentido mientras luchaban por no dejar caer los rastros de saliva que ahí se formaban, llamando su atención y convirtiéndose en una tentación ... deseando darle un beso...

A la mañana siguiente Plan despertó en los brazos de Mean, deseaba tanto amanecer cada mañana de la misma manera, deseaba una vida entera junto a él ¿Podría? – sacó aquellos pensamientos de su cabeza. No debía dudar ... ¡No!

Nada arruinaría su felicidad... absolutamente ¡nada!...

Divisó el pasillo una vez más, corrió hasta llegar a su habitación con éxito y no ser descubierto. Sonrió al sentir su corazón latir aceleradamente, después de vivir la adrenalina de ser visto por alguien de la mansión.

*

*

Bajó al comedor después de una hora, encontrándose con Mean ya vestido y sentado en el comedor junto a su hermana. Sus ojos penetrantes lo observaron, sonriéndole de lado con disimulo. Cuando sus ojos se posaron en su hermana, notó algo diferente ... se encontraba radiante con el vestido estampado de flores y una diadema con perlas.

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