CAPÍTULO 35

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Muy temprano por la mañana, el señor de la casa salió juntó a Boon el chofer y partieron directo al hospital.

Mean entró a la habitación de Prim, encontrándola aun dormida y sin querer interrumpir el placido sueño de esta, salió de la habitación en silencio tal y como había entrado. Dudó en dirigirse a la habitación de Plan mientras observaba la puerta de la habitación de este a solo unos pasos más de la habitación de aquella joven.

Sus pasos inseguros caminaron hasta estar frente de la habitación, tomó el pomo de la puerta y cuando se preparaba para tocar la puerta, esta se abrió dejándolo sorprendido y encontrándose con la mirada enojada de Plan.

- Buenos días –

- Buenos días – respondió Plan con un gesto serio y un tono de voz frio. – Permiso, voy saliendo.

- Khun – ¿Qué sucede?

- Debes saberlo, no pienso decirlo –

- Hey cariño, si es por lo que paso anoche, creo que lo mejor era que ambos pensáramos en la situación y no solo en ¡ya sabes! – también te deseo mucho ... ¡fue duro para mí!

- Fue duro para ti – bufó Plan. Solo recuerdo, como fui dejado en esta misma habitación con el deseo carcomiéndome.

Mean aún con una de las manos apoyada en el marco de la puerta, miró a Plan de pies a cabeza. Llevaba un traje azul marino muy entallado al cuerpo, el aroma fragante de su perfume inundando la habitación y su cabello estaba peinado hacia un lado haciéndolo ver mas maduro. Tomó de la cintura de Plan, metiéndolo dentro de la habitación, cerrando la puerta y apoyándolo sobre el escritorio mientras le robaba un beso con gran ferocidad.

Los brazos de Plan se aferraban al cuello de Mean, correspondiendo el beso y acercándolo lo máximo para morder su labio y escuchar los gruñidos de Mean en señal de reproche.

- Dejaras heridas – regañó Mean mientras se detenía a tomar un bocado de aire.

- Es mi venganza – si no me hubieras dejado aquí ayer ...

Mean cayó a Plan con otro beso fugaz y con un abrazo.

- Vamos es hora de ir al trabajo – mencionó Mean – Prometo venir por ti y esta noche podemos tener tiempo suficiente para nosotros dos.

- Plan sonrió de oreja a oreja – golpeando el trasero de Mean y posando sus manos en la parte delantera de sus pantalones para acariciarla con picardía – lo esperaré.

Mean y Plan bajaron las escaleras, dirigiéndose al comedor, donde ambos desayunaron entre miradas cómplices y una que otra caricia bajo la mesa.

*

*

Mean tomó un poco de sopa caliente, leche de fresas, pan recién tostado untado en mantequilla, dos huevos duros y un tazón de papaya. Salió del comedor, en dirección a la planta superior de la mansión, pero cuando pasó por el Hall hasta las escaleras se detuvo al ver a War llegar junto al señor de la casa.

- Buenos días señor – saludó Mean con una reverencia.

- Buenos días doctor –

- ¿Prim aún no ha desayunado? – intervino War.

- No – la dejé aun durmiendo, cuando bajé por sus alimentos.

Ambos hombres frente a él, asintieron.

- ¿Puedes decirle que War está de vuelta en casa?

- Si señor –

Así se retiró subiendo las escaleras, hasta la habitación de Prim. La encontró aun envuelta en sábanas y descansando plácidamente, la observó por un momento y pensó en todas las veces que la había visto dormir. ¿Por qué se veía hoy tan tranquila? – La sacudió con cuidado. No quería asustarla.

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