•Son Secretos de una Dama• ✿YeWook✿⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝

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Llevaba dos meses y medio sintiéndose mal, ya se había desmayado en su patio tres veces y por suerte la única que sabía era su dama de compañía, le era fiel solo creyendo que era por desnutrición. Wook sabía de que se trataba y estaba muy, muy asustado.

Buscaba a toda costa no salir de casa para no toparse con esa mujer y que de nuevo se lo llevara, ya le había ocurrido seis veces.

Ahora como cada tarde, permanecía recostado en su cama con un paño frío en la frente para evitar sentir esas horribles nauseas. No quería creer que en verdad estaba embarazado pero todo esta ya ahí, había subido de peso, su ropa nueva ya no le sentaba igual.

Pronto empezaría a notarse aun más, al tocar su vientre podía sentirlo duro y abultado, ya no dejaba que su dama lo ayudara a bañarse ni que su madre le escogiera la ropa.

La mujer que lo llevaba a la casa de Gisaeng ya sabía que estaba preñado y se lo decía pero por necio el menor solo se negaba a creerlo. La verdadera lucha llegaba cuando se encontraba solo y no hacía más que pensar en como sería su muerte cuando el Principe Heredero supiera que había deshonrado a su familia y a la familia Real.

—Soy una persona horrible...—se susurró observando las maderas de su techo con detenimiento, algunas lágrimas le nublaban la vista y no dejaba de pasar las manos por la curbatura de su vientre. Lo hacía como queriendo que no le ocurriera nada, a pesar de la situación, en secreto le había tomado un poco de cariño.

—Ryeowook...levántate...—su madre entró a la habitación, estaba vestida muy elegantemente.

—¿Para qué?...—el menor se hizo bolita bajo sus mantas.

—Vamos a asistir a una reunión con Su Alteza La Reina...el matrimonio se va a consumar el martes. Necesitas hablar con ella sobre los gustos del Principe Heredero y va a enseñarte a ser una buena consorte para la Realeza.

—¿Martes?...—tragó saliva con nerviosismo, era viernes.

—Creí que tenías prisa por casarte...ahora ya es tiempo, las cosas están listas, tu Hanbok es precioso y el lugar para la ceremonia ya está siendo adornado.

—S...sí...—fue lo único que pudo responder, y eso estando más distante que de costumbre. Iba a morir cuando el Principe Heredero descubriera su embarazo—madre...—estaba a punto de confesarle sus problemas, pero el verla voltear con enojo por no haberse levantado ya, lo hizo desistir—nada...—a ella solo le importaba el dinero, y le haría daño a su hijo con tal de no perderlo.

Se levantó yendo directo al ropero para sacar su ropa, agradecía que su vientre no era tan grande y así no se notaba a simple vista por el vestido. Podía estar tranquilo al menos por ahora.

Esta vez no buscó verse lindo, había perdido el interés, sólo tomó lo primero que ya estaba combinado por su dama y esperó a que su madre se fuera para cambiarse.

Jamás el camino al palacio se le hizo tan corto, quizás porque iba perdido en sus pensamientos.

—Su Alteza, La Reina Hee...—la anunciaron y al momento Wook junto con su madre se levantaron para hacer la reverencia y saludar.

—Wook...es bueno verte...—la mujer se sentó y los invitó a sentarse—te vez un poco cambiada, tienes...algo que te diferencia de la última vez que te vi...

Inmediatamente el nerviosismo volvió, esa mujer ya había tenido 4 hijos, ella sabía cuando alguien estaba esperando uno. Quizás ya sabia del suyo.

—Su Alteza...sólo me he excedido un poco con los postres...—su sonrojo fue demasiado evidente—espero que con un poco más de peso aún le resulte atractiva para ser su nuera...

—Así serás más fuerte al momento de dar a luz, es difícil cuando eres demasiado delgada...preguntame a mi...—rió sirviendo un poco de té para todos—pero no te preocupes, en el palacio tenemos a los mejores médicos, estarás bien atendida.

—Muchas gracias Su Alteza...—hizo una leve inclinación de cabeza y bebió de su té.

—Supongo que tu madre ya debió haberte dicho porqué estas aquí...

—Me desposaré el martes...—respondió escondiendo su miedo.

—Exactamente...como suegra es mi deber instruirte...pero...debe ser a solas...—observó a la madre del menor—Señora Kim, ¿Podría darnos un tiempo?...

—Oh...con gusto Su Alteza...—a regañadientes y escondiendo su enojo la mujer se levantó.

—Las damas la llevarán a conocer el palacio...

No pasaron ni 5 minutos cuando su madre ya se encontraba lejos y La Reina empezó a hablarle.

—Mi hijo...es un poco especial Wook...no digo que sea una mala persona pero tendrás que tener un carácter fuerte...—le sirvió más té—deberás convertirte  en una esposa leal...voy a contarte un secreto porque ambas seremos familia...es algo que sólo la realeza conoce ¿si?, debes ser cuidadoso.

—Estaré agradecida de escucharlo Su Alteza...

—Bien...—soltó un suspiro —soy un hombre...—a Wook casi se le cae la barbilla al suelo—soy parte de esa especie que puede tener hijos y así fue como tuve a mis 4 príncipes...no soy muy apegado a tener gente cercana por eso es que rumorean tanto de mi y sobre que soy "solitaria". No saldría bien saber que La honorable Reina Kim Heechul es uno de esos que aun no son aceptados de buena manera.

—Su Alteza yo...—quería confesarle que el también era como él, pero le ganaba más la curiosidad, él era realmente hermoso, era incluso más hermoso que cualquier otra mujer en el Reino.

—Sé que eres igual que yo...—soltó haciendo que el menor empezara a ahogarse—sé que eres un niño...y que puedes embarazarte...

—¿C...cómo..?...¿Cómo sabe eso?...—sintió ganas de llorar, quizás también sabía que estaba embarazado.

—Wook, llevo viviendo como una mujer 40 años y podría decirte con sólo mirar, quien en el Reino es como nosotros, me convertí en La Reina a tu edad y nació tu futuro esposo...era exactamente igual que tu...nervioso...asustado de que fueran a matarme al enterarse...pero mi esposo El Rey Siwon fue un buen hombre y me aceptó como soy...lo amo demasiado y estoy feliz de haberme convertido en su esposo. Al menos tu serás una princesa primero y te adaptarás. Yo tuve que relevar a la actual Reina e inmediatamente dar un heredero, fue difícil. Pero tu...—le tomó la mano—me alegra que te conviertas en mi familia...en mi tienes alguien en quien confiar, no me veas como la Reina, veme como tu madre...cuando vallas a darme nietos no debes tener miedo por los médicos, ellos están enterados de mi situación y guardan muy bien el secreto, lo mismo será contigo. Ellos están instruidos para cuidar del cuerpo de un chico capaz de dar a luz. Serás muy sano.

—Muchisimas gracias...—sin quererlo empezó  a sollozar de felicidad, no estaba solo. No lo rechazaban. Se sentía protegido. El único problema ahora sería confesar el asunto de su amado hijo en camino.

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