•Son Secretos de una Dama• ✿YeWook✿⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝

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Wook siguió a Min por los pasillos hasta llegar al salón, las muchachas que lo servían le proporcionaron un par de calcetines limpios bajo el argumento de que La Soberana de Joseon no podía andar por ahí con los pies sucios, la verdad a él no le importaba.

Una vez que estuvieron frente a frente, Min bajó la cabeza mientras intentaba ganar un poquito de valor para contar la historia.

—¿Qué le pasó a mi hijo?...—preguntó sin aguantar la desesperación, el ambiente poco a poco se ponía más tenso, Min se mordió los labios buscando las palabras. Al menor para nada le gustaban esas acciones, frunció el ceño y golpeó la mesita frente suyo-¡Habla!...-alzó la voz asustando al contrario.

—S...Sí...—se frotó las manos y suspiró—a su hijo no le ocurrió nada Su Alteza...simplemente...quería que pudiera calmarse y entender que esos niños que tanto amor me tienen, son mis hijos...

—Ellos son de alrededor de la edad de mi hijo...cuando te vi ni siquiera se te notaba el embarazo...¿Cómo puedes explicarme eso?...Sungmin, Kyuhyun debió haberte dicho que no soy una mala persona pero ahora tengo que volverme una...y realmente no quiero serlo, así que por favor...no me hagas ser malo...necesito explicaciones coherentes....me duele que no esté conmigo por el simple hecho de ser mi bebé, pero si estás intentando ocultarlo, eso se llama traición...recuerda que se trata del Príncipe Heredero y eso ya no me incumbe a mi.

—Entiendo perfectamente...es difícil para mi hablar al respecto así que le pido discreción y entendimiento... 

—Adelante Min...

—Bien...—sirvió un poco de té para su contrario y un poco para si mismo—por desgracias los cielos no quisieron bendecirme y no me permitieron tener al bebé que esperaba...—se removió un poco incómodo—Kyuhyun y yo intentamos tener un hijo de nuevo pero los médicos reales dijeron que me había vuelto infértil...

—Sungmin...lo siento tanto...—Wook bebió de su taza, sintiéndose repentinamente culpable por tratarlo de esa manera.

—Está bien Su Alteza...una de nuestras sirvientes estaba embarazada, su esposo murió y debía cuidarlo sola...en el parto murió ella también y decidimos adoptar al bebé...así que prácticamente soy su madre desde que nació...al otro pequeño lo dejaron fuera de la casa en una canasta, es como nosotros y tiene esa marca que indica que puede tener hijos...supongo que esa fue la razón por la que lo dejaron aquí, pero no iba a dejar que algo malo le ocurriera así que él también se volvió parte de la familia...su hijo Su Alteza...él está durmiendo en su habitación...nunca pude entenderme con él como debía ser, siempre traté de hacerle saber que usted es su madre e inclusive en su habitación hay una pintura suya que Su Majestad El Rey trajo y se la pasa observándola todo el día...él lo extraña...

—¿Entonces esto significa que él si me recuerda?...¿Él me ama?...—y entonces el nerviosismo volvió a su cuerpo.

—Lo ama como a nadie Su Alteza...hemos estado enseñándole a decir algunas palabras y a su pintura la llama "Mamá"...podemos ir donde el si es que gusta...o esperar a que despierte...

—Quiero verlo...necesito verlo...—susurró levantándose, su peinado chocó contra algunos adornos y los tiró, comenzó a enojarse, algo ocurria en él, sus emociones lo traicionaban tanto—¡Maldición!...

Ya lleno de desesperación buscó un espejo y comenzó a quitarse los adornos y el molesto tocado de madera.

—Su Alteza...¿Necesita ayuda?...

—Necesito quitarme esta cosa ya...estoy harto...

Min llamó a las damas y entre ellas y Wook, le hicieron un peinado normal, con un lindo binyeo que le había prestado y ya, sin ser excéntrico.

Ya más cómodo se recargó en la pared y suspiró.

—Si quiere puede seguirme a donde se encuentra su pequeño...—Sungmin le dio la espalda para empezar a caminar por los pasillos, Wook lo siguió observando las decoraciones a su alrededor, era una casa tan acogedora. Como la que siempre deseo tener, fuera del palacio que era un lugar enorme y le asustaba—Aquí es donde duerme...adelante Su Alteza...

—Muchas gracias...—sonrió abriendo las puertas, en el suelo había juguetes regados, efectivamente pudo ver una pintura suya en la pared y eso lo hizo sonrojarse por alguna extraña razón. Entre algunas mantas desordenadas se encontraba su pequeño, vestía un traje rojo bastante hermoso, al escuchar el ruido despertó de a poco —Heenim...—casi de inmediato empezó a llorar, era como un milagro tenerlo frente suyo, era un bebé enorme a diferencia de cuando lo dejó, era precioso y si que se parecía a su suegra.

—¿Mamá?...—susurró cuando se hincó frente suyo, quería tocarlo pero de la sola impresión, sólo se mantenía viéndolo. El bebé volteó a la pintura y después al menor—¡Mamá!...¡Mamá!...

—Soy mamá Heenim...tu mamá...—el pequeño se puso a gatear hasta que llegó a él y se recostó en sus piernas, Wook lo tomó con fuerza entre sus brazos y lo sostuvo mientras sollozaba—mi niño...eres enorme...eres hermoso...muchísimas gracias por haberlo cuidado tan bien Sungmin...

—Gracias a usted por haber confiado en nosotros para cuidarlo—sonrió haciendo una reverencia—voy a preparar sus cosas y en un rato más podrán llevarlo a casa con ustedes...

—Está bien Min...—Wook observó a su hijo que parecia demasiado relajado en sus brazos, esas tiernas mejillas, no pudo evitar apretarlas una y otra vez, sus manitas y también sus piecitos, la ropa que llevaba era claramente la de un Príncipe Heredero y eso lo ponía un poco nervioso, no quería que su hijo creciera tan presionado como lo habia hecho Yesung por el sólo hecho de llevar ese título—¿Cómo haz estado todo este tiempo hijo?...mamá ha estado...—se calló de golpe al recordar, pero sólo suspiró y negó—extrañándote bebé...mamá se la pasaba pensando en ti día y noche...—le quitó el gorro que llevaba y le acomodó el cabello, estaba demasiado alborotado.

Yesung se acercó lentamente a la puerta y los observó, él ya había visto al bebé algunas ocasiones en el pasado, era una escena tan tierna, su familia estaba unida, pero de pronto un escalofrío lo recorrió, seguido de un fuerte dolor de cabeza; sabía de que se trataba así que optó por alejarse de ahí antes de que fuera demasiado tarde.

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