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Wook bajó del palanquín con las piernas temblorosas, una de las damas lo ayudó a acomodar su vestido y su peinado pues por no estar acostumbrado había chocado contra el techo al salir.

—Debe estar enorme ¿no?...—se acercó a Yesung y suspiró profundo, hasta sus manos temblaban de la incertidumbre.

—Mucho...—le acarició las manos para que se calmara—ha crecido bastante bien bajo el cargo de Sungmin...—aquellas palabras se clavaron en su pecho y lo hicieron sentir extraño, quería llorar.

—¿Cómo?...¿Cómo una madre?...—suspiró profundamente tratando de no mirarlo a los ojos para que no notara su inseguridad, fue inútil pues Yesung le tomó el mentón, esos ojos llorosos lo obligaron a abrazarlo.

—Ryeongu...¿Tienes miedo?...—susurró apretándolo con fuerza a su cuerpo. Wook abrió un poco los ojos por la sorpresa, jamás lo había llamado de esa manera y le gustaba, se escuchaba lindo.

—Yesung...estuvo conmigo sólo un día, ¿Cómo va a reconocer que soy su madre?...parezco un niño más...—se aferró a sus ropas soltándose a llorar—en contraria con Sungmin que lo ha visto crecer todo este tiempo...

—Sungmin tampoco es muy mayor...—se apartó un poco para verlo a los ojos—tranquilo...las cosas van a salir bien...es tu hijo...lo acunaste en tu pecho cuando nació, lo alimentaste...tienen una conexión especial que Min no tiene con él...—la puerta de la gran casa fue abierta por los sirvientes, Kyuhyun apareció tras ellos junto a dos hombres que seguramente eran amigos suyos.

—Es un honor tenerlos aquí...—hizo una reverencia dejándolos pasar—sientanse como en casa...

Wook secó rápidamente sus lágrimas y le sonrió, su buen amigo no había cambiado en nada durante todo este tiempo.

—Estás igualito...—susurró mirándolo de arriba a abajo. Su vista pasó a las personas que lo acompañaron, tragó saliva de golpe e intentó mantenerse de pie. Conocía a esas personas, habían ido a la casa de gisaeng y lo habían pedido más de una vez, habían sido tan crueles con él.

—Wook...mirate...te sienta tan bien ser La Reina...—quiso abrazarlo pero se apartó rápidamente, su semblante pálido y asustado le hizo saber que algo no andaba bien—¿Estás bien?...

—Yo...yo...—sus ojos se llenaron de lágrimas, no podía decir nada. Todo daba vueltas a su alrededor, Yesung notó su nerviosismo y rápidamente lo tomó por los hombros, Wook dio un salto quedándose completamente quieto.

Sus pupilas repentinamente se encontraron con las de uno de ellos, quiso meterse bajo la tierra, si lo reconocían estaría perdido, nadie lo tomaría en serio si se enteraran de la situación en la que estuvo metido y además que no era la "hermosa mujer" que todos pensaban.

El tipo le sonrió y eso lo puso peor, estaba con la soga en el cuello, simplemente esperando a que alguien la apretara.

—Está un poco nervioso...—inquirió el pelinegro acariciando su espalda para que se calmara.

—Bien...los chicos y yo tenemos que irnos...hay algunos negocios, pero Sungmin se queda en casa, pediré que te traigan algo de té para relajarte —hizo una reverencia y abandonó el lugar, Yesung lo ayudó a llegar al interior del patio.

—Oye...¿todo bien?...—hizo que lo mirara nuevamente.

—Tengo miedo...—confesó soltándose a llorar, la confesión no iba para nada relacionada con lo que sentía por el reencuentro con su hijo sino por haber visto de nuevo a esos tipos. Yesung obviamente no sabía a que se refería por lo que sólo lo abrazó.

—Heenim va a amarte...—susurró para reconfortarlo. Wook cerró los ojos con fuerza y se tragó todo, tenia que ser fuerte, él había decidido que todo fuera así. Asintió tratando de sonreír suavemente y limpio las lágrimas en su rostro con su manga.

—Tienes razón...voy...a adelantarme—le regaló una suave sonrisa y comenzó a caminar hacia el interior de la casa, las damas quisieron seguirlo pero las detuvo—está bien...puedo hacerlo solo...vallan a descansar.

Yesung se quedó para coordinar como bajarían todos los regalos que llevaban para agradecer.

Caminó con la cabeza agachada por los pasillos, sus manos jugaban una con otra para liberar la tensión y por supuesto sus piernas temblaban, estaba tan nervioso. Recordó todo lo que le hizo a aquella Mujer en la casa, lo mal que se sintió después de golpearla así. Se dio cuenta de que no le servía ser rudo o valiente, si al final terminaría sintiéndose como una basura. Se quedó quieto un momento para poner sus pensamientos en orden y después de respirar profundo siguió caminando. En el patio, al lado de un árbol de cerezo, había un par de niños jugando entre ellos con algunos juguetillos de madera, eran pequeños, reían. Aquello hizo que el menor sintiera nostalgia sin evitarlo.

Levantó su falda y corrió rápidamente hasta llegar a la orilla y observarlos más de cerca, ni siquiera esperó a que la servidumbre le llevara sus zapatos, bajó de la madera sin importarle la tierra y corrió a donde ellos estaban, uno de ambos tendría que ser su hijo.

—¿Heenim?...—susurró parándose frente a los niños, ellos lo miraron pero ninguno de esa manera especial—¿Tu eres mi bebé?...—tomó la manita de uno de los niños pero este se asustó, se apartó de inmediato y se acercó al segundo niño—¿eres tu?...—el pequeño negó suavemente.

Algo se le removió causándole un sudor frío, las cosas iban de mal en peor, quiso llorar de nuevo.

—Su Alteza...bienvenido—esa voz conocida lo hizo levantarse rápidamente y tallarse los ojos para limpiar el llanto.

—¡Mamá!—los niños se levantaron y se pegaron a las piernas de Min. Eso causó que su corazón de nuevo se rompiera.

—Sungmin...—sonrió suavemente —hola...¿Cómo haz estado?...

—Muy bien, gracias...—se acercó cargando a ambos niños, parecía un experto—estabamos muy felices de volver a verte...

Wook vio a los niños acurrucarse en su pecho y abrazarlo cariñosamente, parecian una hermosa familia, sus ojos se llenaron de lágrimas sin poder evitarlo, se cubrió el rostro y se dejó caer de rodillas en el suelo Min se hincó frente suyo y dejó a los niños a un lado.

—Su Alteza...—intentó levantarlo—¿Se siente bien?...

—Debo irme Min...—se descubrió el rostro para alejarse—yo no tengo nada que hacer aquí...

—¿De qué está hablando?...¿Su Alteza?...su hijo está esperándola...

—Sungmin...ustedes son una familia hermosa, yo no tengo nada que hacer aquí...tu...—se levantó tallandose nuevamente los ojos—tu eres su madre...miralos—señaló a los pequeños—te aman...te llamaron "Mamá"...

Min miró a los niños y después a Wook que se alejaba, corrió para tomarle el brazo, rompió todos los protocolos de no tocar a la realeza y prácticamente no le importaba.

—Su Alteza...ninguno de esos niños es su hijo...—confesó con la voz entrecortada—permitame explicar...

—Sungmin...—Wook volteó para mirar como tomaba su brazo, a él no le importaban las reglas del palacio por lo que no hizo un escandalo, y además el verle los ojos cristalizados que tenía, su nerviosismo bajó—¿De qué estás hablando?...¿Cómo que ninguno de ellos es mi hijo?...

—Si puede seguirme al salón, voy a explicarle todo...—cargó nuevamente a los niños, Wook observó a ambos con confusión y asintió.

Min se veía repentinamente triste, su semblante había cambiado.

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•Son Secretos de una Dama• ✿YeWook✿⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora