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—¡Mira todo esto!—su madre revisaba el Ham que le habían enviado, estaba lleno de cosas de mucho valor, no eran lo que esperaba pero podría asegurarles el inicio para regresar a su antigua posición social y a regresar a formar parte de aquel  circulo de la nobleza. Lo demás se iría dando tan fácil como el agua que corría en un río en picada, tener a su hijo casado con un Príncipe era la riqueza asegurada.

Era algo ridícula la manera en la que idolatraba tanto al dinero, daría su propia vida por elél era de esperarse si prácticamente ya había vendido a su único hijo.

Wook estaba sentado a su lado pero él no miraba las joyas ni los articulos finos, él solo leía con detenimiento una y otra vez el Honseo. Era real, ante la ley estaba casado con el Principe Heredero y ya era oficialmente una Princesa política. Mañana todo se haría aún más serio pues se casaría frente a sus ancestros y a sus dioses. Era curioso, ya se había convertida en "Una Esposa" y ni siquiera conocía a su cónyuge. Y aun más curioso era que todavía no podía usar un binyeo, eso se hacía hasta el día de la boda, y no podía quitárselo tampoco, era la tradición que su esposo fuera el que lo hiciera en su primera noche. Entregando así su niñez y su inocencia para convertirse en alguien maduro. Incluso si el esposo se quedaba en la celebración y él volvía a casa, no podría desvestirse o despeinarse hasta que él llegara y lo hiciera.

"Princesa Consorte Kim Ryeowook y Príncipe Heredero Kim Jongwoon" era lo que se leía en la carátula principal de aquel papel. Todo en el idioma de confucio. Por suerte desde muy pequeño lo educaron para saber hablar, leer y escribir chino con fluidez, solían decirle que lo que podía asegurarte un buen futuro era tu inteligencia. Le enseñaron a bordar, a coser, a pintar y a escribir poesía, era toda una joyita pulida todo este tiempo y con especial remitente para su esposo. Se lo estaban ofreciendo a un desconocido en bandeja de plata.

Lo enviaron a dormir temprano para despertarse a una buena hora, sus cosas ya estaban empacadas, y se trataba de sólo sus libros, algunos cachibaches que guardaba de su infancia y sus pinturas. Toda su ropa se quedaría, ya no la necesitaría más, una nueva vida como esposa requería de nueva ropa, la vestimenta tradicional de una princesa y ropa interior nueva y pura para su esposo.

En la mañana lo peinaron, le arreglaron el maquillaje que hasta el mismo sintió era excesivo y le pusieron unas cosas rojas en las mejillas que lo hicieron sentir avergonzado. Su hanbok era enorme, más de lo que había usado en toda su vida. Pero era muy lindo, no podía negarlo, el verse en el espejo con esa ropa lo hizo sentirse realizado de cierta manera.

Fue llevado en un desfile hasta el palacio, el lugar estaba decorado de una manera hermosa. Wook fue llevado por sus acompañantes hasta su lugar y le levantaron las manos para que el manto que llevaba le cubriera por completo el rostro, se supone que sería la primera vez que conociera a su esposo ya estando casados y no podía ni verlo de reojo antes.

El desfile del novio se escuchó a lo lejos, la música sonaba fuerte y Wook sintió que sus piernas dejaban de responderle, empezaba a ponerse aun más nervioso.

Jongwoon  se paró frente a él del otro lado del altar, le entregaron los Kireogi que eran dos estatuillas de gansos talladas en madera. Representaban la unión del nuevo matrimonio. Le entregó uno de ellos a su suegra, asegurando en eso que le daría una vida llena de amor y cuidados a su "novia". Una vez terminado el Jeonanrye. Los ayudantes los colocaron uno frente al otro más cerca, era la hora de la verdad, la ceremonia verdaderamente empezaba.

Gyobairye que era cuando los novios se presentaban, hicieron un par de reverencias el uno al otro, aun no podían verse y Wook moría de ganas por conocer a su esposo, le era casi imposible contenerse. Les extendieron dos tapetes para que se arrodillaran, quedaron frente a frente y entonces les permitieron verse, los ayudantes bajaron la manta que cubría a Wook y poco a poco ambos levantaron la cabeza.

No tuvo más control sobre si mismo después de eso, empezó a sollozar y quizás los invitados creyeron que era por la emoción de casarse. Jongwoon sonrió descaradamente. Ese chico, El Príncipe Heredero, Su esposo...era nada más y nada menos que aquel bastardo que lo dañaba en la casa de gisaeng, creyó haberse librado de él y se juró que lo olvidaría y sólo sería feliz en su matrimonio, pero al parecer le sería imposible.

El respeto que le tenían a la ceremonia los obligó a inclinarse de nuevo uno frente al otro para saludarse por "primera vez". El Geunbairye llegó y entonces ambos bebieron alcohol de una misma taza, ya era imposible dar marcha atrás para esas alturas. Wook derramaba lágrimas amargas, estaba uniendo su vida con la peor persona.

Por último y para finalizar la ceremonia hicieron una reverencia hacia sus padres, una hacia sus antepasados y una a sus invitados.

Estaba hecho, estaba oficialmente atado a una vida entera de sufrimiento, cuando le fue posible huyó de la celebración sin que pudieran verlo, corrió directo a su habitación y se dejó caer en el suelo, no podía respirar, lo intentaba pero sólo no salía el aire y mucho menos entraba. ¿Qué era lo que había hecho para merecerse un castigo así?...

La puerta detrás suyo se abrió lento y se cerró de la misma manera, Jongwoon se hincó y lo tomó por lo hombros, manteniéndose fuera de su vista, acto seguido empezó a reír bajo y con sarcasmo susurró:

—Un placer conocerte...esposo mío...

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•Son Secretos de una Dama• ✿YeWook✿⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora