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❁Especial KyuMin 4/6❁

—Entonces Sungmin...debes decirme...¿Alguien te está haciendo daño?...—Kyuhyun llevaba casi una hora intentando convencer a su pequeño esposo de que decidiera contarle porque estaba tan lastimado y porque le había dicho todas esas cosas. Y hasta ahora sólo había conseguido verlo llorar abrazado a sus piernas. Pensaba en desistir y dejar de hacer que se sintiera de esa manera pero también necesitaba que le contara la verdad—mi amor...me prometiste que íbamos a confiar uno en otro...yo te prometí eso también...puedes hablarlo conmigo, sabes que si tienes problemas y no puedes solo, no van a acabar hasta que hables con alguien de ellos. Te lo ruego Minnie...sabes que te amo demasiado...por favor, no soporto verte así...—le tomó el rostro, sonriendo suavemente al ver que esta vez no lo apartaba gritando como las anteriores, con lo pulgares le secó las lágrimas. Habían enviado desalojar esa parte del palacio, pues ambos permanecían afuera iluminados por el sol, era para dar un toque mas cálido y que obviamente el menor no se sintiera aislado y atrapado.

Antes del desastre, se había puesto un lindo hanbok rosado para ir a desayunar y por comodidad su cabello lo llevaba suelto, mientras estaban comiendo Kyu comenzó a hablarle sobre lo que había ocurrido la noche anterior, Min al parecer no recordaba nada pero gradualmente se había puesto demasiado nervioso. No planeaba contarle nada, todo aquello que vivía eran solamente cosas que pasaban. Él no sería el primero en vivirlo y mucho menos el último.

Las esposas pasaban por mucho, las chicas, las niñas, y en su caso, también los chicos. Su Reino normalmente veía aquello como algo cotidiano, su especie no tenía derecho a defenderse. Los delitos contra ellos casi nunca eran investigados y castigados. Así que, ¿Porqué perder el tiempo con esas cosas?

—Quiero estar solo por favor...—susurró por fin, cubriéndose los ojos con el brazo y así mismo secar las lagrimas con su manga.

—Sungmin...—suplicó una vez más.

—Quiero estar solo...—repitió mirándolo directo a los ojos, Kyuhyun necesitaba tenerlo cerca y hablarle, pero quizás Minnie necesitaba su propio espacio y si seguía hostigándolo iba a terminar perdiéndolo.

—Bien...está bien mi vida...—le sonrió acariciándole el cabello con cariño, le besó la frente y después las mejillas—pediré que te traigan algo de té...tengo que ir a a tender algunos asuntos de estado...

—¿Pueden traer dulces también?...—susurró secándose las lágrimas de nuevo—quiero pastelillos...

—Te van a traer pastelillos tranquilo...—sonrió levantándose, Min asintió quedándose en la misma posición por un rato más después de que se fuera.

Pensaba muy seriamente en hablar al respecto con su esposo, pero de nuevo aquellos pensamientos de que sólo se lo guardara regresaban, era vergonzoso tener que admitir frente a la persona que amaba, todo aquello.

—Por favor, lleven algo de té y pastelillos a La Dama Min...—ordenó a algunas personas que cuidaban el lugar, entonces se dirigió directo a la oficina encargada de la seguridad.

Todos se encontraban reunidos hablando sobre cosas que les ocurrían a diario, pero al ver al Príncipe comenzaron a comportarse.

—Oigan...no sé como pedirles esto...hay algunas cosas extrañas pasando en el palacio...ustedes...¿Saben que fue lo que ocurrió con Su Alteza La Reina?—sacó de sus ropas un par de bolsas repletas de monedas y se las colocó en la mesa.

—Su Majestad dejó entrar a dos personas en el palacio ese día...hay rumores fuertes de que está siendo poseído por algo, él departamento de magia ha estado muy pendiente de él...

—¿Poseído?...—frunció el ceño.

—A veces habla solo y tiene ataques de pánico...los médicos reales descartaron algún problema mental, pero los del conejo de magia están a su cargo...es escalofriante...incluso fue capaz de hacer que esos tipos le hicieran tanto daño a Su Alteza...

—¿Y ustedes porqué no intervinieron?...en serio...yo creí que Yesung era quien le había dañado tanto...le desee la muerte a mi propio hermano y ni siquiera la guardia del palacio pudo hacer lo único para lo que es entrenada.

—No se nos permite intervenir en asuntos familiares...—el encargado hizo una reverencia demasiado apenado —ninguno de nosotros deseaba ver sufrir de esa manera a Su Alteza, lucharemos uno contra otros para intentar no intervenir, eso significaría nuestra muerte...Su Alteza El Tercer Príncipe...por favor...considere que somos unos cobardes y tome nuestras vidas...—se arrodilló por completo en el piso y sus hombres lo siguieron.

—Ustedes cumplían con su trabajo...de pie...—sobó su sien con frustración—mi esposa está siendo molestada por alguna personas...si alguien desconocido entra al palacio, o aquellos tipos a los que Su Majestad dejó entrar lo hacen de nuevo...arrestenlos y haganmelo saber de inmediato...yo los voy a recompensar bien...—sacó otros tres sacos de dinero y de igual manera los puso en la mesa—esto es sólo un adelanto...

Algunos de los oficiales del palacio eran corruptos, claro que eran fieles a la familia real pero si se les sabia comprar, harían todo lo que se les pidiera, y esa era su oportunidad de llegar al fondo del asunto aún si su esposo decidía no contarle nada. Si alguien lo dañaba, seguramente buscaría la manera de llegar al palacio.

Comenzó a caminar por los jardines pensando en el castigo que impartiría a esos tipos, y de pronto aun fuerte empujón lo hizo caer directo a la laguna, aún aturdido vio otro cuerpo lanzarse tras él, era Sungmin, quien nadó hasta donde estaba y dándole una ligera sonrisa traviesa se le abrazó y lo besó con desesperación. Hace tanto que no lo besaba de esa manera que le fue imposible no responder. Al separarse Min lo miró directo a los ojos, se le abrazó al pecho y sollozó.

—Necesito que me cuides...tengo miedo...voy a contarte todo...te diré todo lo que pasó...pero promete que no vas a dejar de amarme...—era como un niño pequeño entre lis brazos de Kyu, lo ayudó a llegar a la orilla y una vez ahí lo abrazó nuevamente contra su pecho.

—Nada en esta vida haría que te dejara de amar Minnie—le acomodó el cabello mojado y volvió a besarle los labios—¿Porqué me lanzaste al agua?...

—Sólo quería jugar...—sonrió suavemente, secándose las lágrimas.

—¿Quieres jugar?...¿En serio?...—Kyuhyun lo tomó en brazos y después de besarlo por tercera vez, se lanzó de nuevo al agua con su menor en brazos, era tan hermoso verlo reir y verlo tan tranquilo.

Ambos bromearon y se lanzaron agua entre abrazos, algunas damas que pasaban se detenían a verlos por ratos, lejos de parecer esposos, se veían más como un par de amigos de toda la vida.

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•Son Secretos de una Dama• ✿YeWook✿⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora