Wook guardó silencio de golpe y puso sus ojos directo en Sungmin, se levantó cargando a su pequeño como queriendo protegerlo.
—¿No es suficiente para ti?...primero te quedas con mi hijo desde recién nacido y ahora, ¿Quieres quitarme al nuevo bebé?...—Kyuhyun notó la tensión y se paró entre ambos.
—Esas no son las intensiones de mi esposo Su Alteza...disculpe sus palabras...
—¡AMBOS SALGAN DE MI PALACIO AHORA!—gritó fuertemente, Min retrocedió con lágrimas en los ojos, Wook estaba enfurecido, jamás lo habían visto de esa manera, ya ni siquiera pensaba del todo en lo que decía.
—Ryeowook...no puedes hacernos eso...solo quería ayudarte...—Min quiso acercarse y arreglar las cosas, pero Kyuhyun lo impidió—sólo...dejame explicarte por favor...
—¡AHORA!...—gritó de nuevo—enviaré a que los cuelguen por traición si no se alejan ya....—gruñó llamando a los guardias para que los sacaran del lugar. Entre forcejeos al final se quedó totalmente solo con su hijo a quien colocó a un lado suyo, él no entendía la situación y solo comía algo de fruta que su madre le daba. Deseaba que siempre se quedara de esa manera.
Se colocó una mano en el vientre y comenzó a llorar fuertemente, todo estaba mal en su vida, y al darse cuenta de lo que verdaderamente implicaba lo que le había dicho a Sungmin, se dejó caer al suelo sin fuerzas. Ahora sí se había quedado sin amigos, estaba solo, en ese horrible y frío palacio, en la lucha contra la sociedad y en ese embarazo para nada planeado.
Algunas damas quisieron entrar para ayudarlo pero Wook las hacía salir de inmediato.
Desde ese día no salió de su habitación en casi dos meses, no usaba más que ropa de dormir y comía muy poco. Su hijo era cuidado por un par de nanas, estaba en condiciones deplorables y los médicos no le daban muchas esperanzas al nuevo embarazo. Las cartas de Su Majestad llegaban sin ser leídas o siquiera respondidas.
Se sentía realmente vacío, el estrés acumulado en todo ese tiempo lo hacia ver cosas, tenía severos ataques y las damas aseguraban que comenzaba a comportarse como si fuera un niño pequeño, preguntaba por sus padres, pedía que fueran por él para llevarlo a casa y se sentía incómodo con esa panza que empezaba a crecerle. De vez en cuando recuperaba la cordura, se arreglaba un poco y se veía bastante normal, pero volvia a recordar lo ocurrido y se iba todo el progreso al infierno.
Yesung aun se encontraba en aquella larga expedición, los datos del libro eran inconsistentes, Yesung se preocupaba por no recibir respuestas de su esposo, los mensajeros le contaban acerca de los rumores y él se sentía impotente por no poder estar a su lado y ayudarlo.
La noticia de su embarazo no había salido del palacio, ni siquiera Yesung lo sabía. Si era la decisión del Rey Consorte ocultarlo, entonces así se quedaría hasta que fuera prudente. Su propia familia lo repudiaba también por haberse vuelto un "demente" y hacer mal sus deberes como monarca.
El consejo comenzaba a pensar en tomar medidas extremas y Wook fue encerrado en las últimas habitaciones del palacio, consideraban imposible que siguiera manchando el nombre de la Familia Real de esa manera. Si las cosas no mejoraban tendrían que seguir el protocolo y exiliarlo.
El pueblo comenzaba a especular sobre la locura del Rey Consorte. Sungmin y Kyuhyun pronto se enteraron, a pesar de estar amenazados Sungmin desobedeció las ordenes de su esposo y fue al palacio dispuesto a ver a Wook.
El consejo sabía de la amenazaba pero no se negó, cualquier tipo de ayuda dirigida a Su Alteza estaba bien recibida. Inclusive brujas y hechiceras habían ido a visitarlo creyendo que se trataba de la especie de contraparte de la maldición que pesaba sobre El Rey. Ninguna tuvo éxito en sus diagnósticos pues todo su problema era realmente mental.
Sungmin fue cubierto con una especie de túnica para evitar que Wook le lanzara la comida como lo hacia con las damas que entraban a dejarle la charola. Él la llevaba y él mismo la había preparado.
—Su Alteza...—entró a la habitación, hincándose de inmediato.
Wook estaba en una esquina recostado y dormido, llevaba ropa de dormir blanca, era de hombre esta vez y bajo ella sobresalía su vientre, Min se cubrió la boca, era un muchachito demasiado tierno. Su habitación estaba hecha un desastre por lo que aprovechó para arreglarla, al final sólo se quedó sentado frente al menor, observaba todos sus movimientos, parecía tener sueños demasiado movidos pero nunca despegaba las manos de su vientre, lo protegía demasiado.
De inmediato se le vino a la mente la idea de que quizás no ver a su esposo y no tenerlo como apoyo estuviera afectando su percepción de las cosas. No tenía a nadie en quien apoyarse y a pesar de todo lo que había pasado Min estaría ahí para hacer parte de ese papel.
Tomó una almohada y una manta, como pudo metió la almohada bajo su cabeza y lo cubrió con la manta, Wook de inmediato se acurrucó entre la manta, Min tomó la charola de la comida y la colocó frente suyo para comerla, por la tensión acumulada de ese le había impedido comer.
Algunas damas entraron lento a la habitación para preparar un traje nuevo para Su Alteza, lo colocaron perfectamente en un perchero frente a ellos, Sungmin les sonrió y les indicó que todo estaba bien.
Se levantó lleno de curiosidad y caminó hasta quedar frente al traje, era de una tela bastante suave, lo suficientemente grande para dejar que su vientre estuviera libre y tuviera libertad de movimiento.
Había escuchado que las costureras del palacio eran muy buenas pero jamás había visto ese trabajo tan de cerca.
Cuando estuvo a punto de tocar la tela, su cuerpo se quedó helado del susto. Un par de brazos se aferraron a él desde su espalda. Lo rodearon y lo apretaron fuertemente, era un abrazo un poco extraño pues un bulto rozaba su espalda sin siquiera quererlo. Y también escuchó algunos sollozos.
—Perdoname Min...por favor...no vuelvas a irte...
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•Son Secretos de una Dama• ✿YeWook✿⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝
FanficSu familia está en la total quiebra, y por suerte encontraron al marido perfecto para su "hija"; aquel que les devolverá aquella posición social a la que están tan acostumbrados. Sin embargo hay un pequeño inconveniente, algo insignificante la verd...