La tercera es la vencida

Fiama nunca fue la persona con más tacto, o más bondadosa, o más amable. Es más, se podía decir que solo era una niña linda que hacia y deshacía como quería. Nadie podía darle ordenes. Nadie podía limitarla. Y nadie pensaría que aquella chica que tenía la contestación rápida se terminaría alistando en el ejercito. Pero así era, la mayor de las hermanas Montalvo pasaría su vida bajo las ordenes de otras personas.
Por ello su ultimo verano decidió vivirlo al máximo y que mejor que pasarlo entre los brazos de aquel buen chico que conoció en la playa después de todo ¿Que podría salir mal? Solo era un touch and go.