Cuando Oksana es destinada a casarse con el emperador de un país lejano; característico por su eterno invierno y por ser tierra de salvajes, se vera forzada a forjar su carácter apacible y alzar su voz. Entre la locura de su hermano y el afrontar su nuevo papel de emperatriz, junto a un hombre que es un completo extraño, el destino pondrá a prueba a la princesa noble y justa, quien es aclamada por las multitudes, pues su valiente corazón hará todo por amor, llevándola a lugares inimaginables. Su nombre será mencionado en cada rincón del mundo, su imagen será símbolo de justicia y benevolencia. La princesa, quienes pocos conocían, pronto se hará un lugar en el mundo causando la alegría de muchos y la ira de otros. Como las frágiles y bellas rosas, que se protegen con sus espinas y sobreviven a los crudos inviernos, Oksana la rosa roja.