Muerte...la muerte apesta. Ninguna persona viva tiene experiencia previa de primera mano sobre ello, eso es lo que lo hace tan horrible y aterrador. El miedo, el horror, la existencia...desvaneciéndose en la oscuridad...Si. Desangrándose en medio de una bonita noche, una vida parpadea antes de su final. Pequeñas reflexiones cruzan su cabeza mientras el frio agarrota sus extremidades, sus pulmones arden mientras la sangre caliente se derrama por el suelo desde sus heridas y la negrura amenaza con llevárselo hacia la fría y aterradora nada. El FIN. El telón se baja y las luces se apagan, los créditos ruedan por la pantalla y el libro se cierra. Eso es todo lo que queda. Y eso es todo lo que se ha escrito...bueno, no, no esta vez al menos, porque veras, a diferencia de la mayoría, la muerte es con lo que empieza esta historia. Sigue los deslizamientos sinuosos y serpenteantes de una persona normal encerrada en un cuerpo escamoso y lanzado a un abismo de sombras en las que cosas horribles y peligrosas acechan, siempre hambrientos de más sangre. Arrojado repentinamente a una nueva realidad completamente alienígena y ajena a él, en un cuerpo que aún no entiende del todo como funciona, sin brazos, ni piernas, ni pulgares, ¿Cómo podrá sobrevivir aquí?, ¿podrá siquiera hacerlo?, ¿o por el contrario desaparecerá?, engullido por las fauces del miedo y del hambre
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