CAPÍTULO 61

15 3 3
                                    

⚜   L  A    V E R D A D    E S T A   D E T R Á S    D E   L A   M Á S C A R A  ⚜

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⚜   L  A    V E R D A D    E S T A   D E T R Á S    D E   L A   M Á S C A R A  

No era la sonrisa que yo esperaba, o la que había conocido cuando la conocí. Se veía tan natural, pero tan irreal a la vez. Intento concentrarme en la mirada fugaz de sus ojos al separarme del entorno de las personas presentes. Aunque supiera su intención de detenerme, mi elección era alejarme de ella. Y más cuando la veo que es atrapada ante la mirada de Adam Ambransem.

Puedo leer la mirada de sus ojos, es una mezcla de tensión y temor. Pero me pregunto: ¿temor a qué? ¿a qué sepan de su secreto? ¿su verdadera identidad? Porque eso arruinaría completamente su preciado plan.

Salgo del salón principal en dirección a los jardines del enorme evento. Miro a mi al rededor para fijarme si ella aparecía entre las hermosas flores blancas que cubrían el borde de la puerta. Tan solo apareció una ostentosa pareja tomados de la mano. Una decepción delirante y esperada. Tal vez yo era el iluso que pedía su presencia cuando más notaba su ausencia. Un sentimiento débil logra aflojar mis sentidos más pesados. Una suspiro retira mi sonrisa interna. Entiendo que no debí haber venido, pero se trataba de ella, de la única mujer que me había cegado en cuerpo y alma.

Cuánto deseaba hablar con ella. Pensaba en pedirle mis disculpas. En decirle cuanto había perdido su ausencia. Cuantas veces he soñado con ella causando la falta de sueño en mis más profundos intentos del forzar cerrar mis ojos.

Personalmente, mi apodo de "búho" ya no era por el temible trabajo que realizaba por la taciturna oscuridad sino por la ausencia de dormir en paz. Pensaba en lo más ajeno a mis manos. En el roce de sus manos contra las mías, del color de sus ojos. En su enternecedor afecto. Aquel que ahora solo detesto. Aquel sentimiento se había transformado en odio. De tomar su delicado y suave cuello entre mis manos. Forzar su mirada con la mía. La amo precipitadamente. Pero esas ideas delirantes se esfuman como el humo del tabaco que suelta uno al encender y fumar un cigarrillo cualquiera. Así de rápida se van esas ideas, pero de pronto puedan que aparezcan.

Antes de encaminarme en dirección contraria dejando en señal de paz la carente movilidad de mi cuerpo en busca de Victoria. Una figura femenina se acerca en mi dirección, tras una breve pausa del toque de sus tacones sobre el mármol que cubría gran parte del suelo de los alrededores de la mansión. Ahora toca el césped buscándome con la mirada: solo me dictaba a observarla detenidamente. No le importaba para nada que su vestido rozara con el césped, que el borde de su vestido llegara a dañarse por la caminata que comenzaba a tornarse más cercana.

—¿Vadim? —la escucho mencionarme. Me había alcanzado.

Había tratado de persuadir al hombre que le está coqueteando. No es algo que me moleste porque por muy distanciados que hemos estado, ella seguía guardándome cierto cariño. Lo sé. Lo percibo con poca dificultad al verla tan confundida desde que tome su mano y la mire con una dulzura que solo le era correspondido.

JÚRAME OLVIDARME| Pasiones secretas N°3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora