CAPÍTULO 59

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E  N  T  R  E       E  S  C O  N  D  I  T  E  S 

Tal vez era una decisión muy estúpida de mi parte, pero las dudas que lleva días en mi cabeza no me dejan dormir por horas

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Tal vez era una decisión muy estúpida de mi parte, pero las dudas que lleva días en mi cabeza no me dejan dormir por horas. El niño, Victoria y su nuevo amante. Ni siquiera he podido terminar la última sesión con la psicóloga porque ahora me encontraba suficientemente ocupado, no solo con los asuntos de Rusia sino en buscar evidencias de lo que realmente quería Victoria en esta ciudad. Sé que no solo es venganza, sus planes pueden terminar con su vida si da un mal paso.

Tal vez ella aún me importa, esa será mi propia condena de seguir insistiendo en tener pruebas. Sorav aún no sabe que Victoria está acá, tampoco sé si sea una buena idea decírselo. Sé que la defraudaré porque le prometí no hablar de ella durante este viaje temporal ni un intento de buscarla. Pero no sé a quién recurrir. Tengo a Alex, pero no sé si tenga el tiempo suficiente para conversar.

—¿Te sirvo un poco de café? Te ves muy cansado, seguro estas con Maika conversando.— el llamado de Sorav desde la puerta logra acaparar toda mi atención dejando los pensamientos a un lado.

—Gracias, estuve trabajando en línea. Hay dos nuevos reclutas. También me comuniqué con Santino esta tarde y me dijo que está bien en Grecia con su madre. Ya le dije que cualquier cosa que suceda, me llame. Y claro, mande saludos de nuestra parte.—le comunico mientras iba tras de ella hacia la cocina.

—Me parece una buena experiencia visitar otro país con su madre. Debe ser bonito el lugar, nunca he ido, pero ha de ser cálido. —agrega finalmente cuando logro pasarle la taza del estante de madera.

—¿Parece un reclamo? —indago un poco intrigado en su respuesta. Me siento sobre una de las sillas giratorias de la cocina para solo mirarla.

—Uno pequeño. —sonríe entregándome la tasa ya servida con el café preparado.

El sabor amargo que comienza a evaporarse alrededor de la taza logra cautivar mi sentido del olfato. Quedó impregnado por el olor del café, pero la voz y cierta preocupación de Sorav logró detenerme.

—Has estado muy pensativo, Vadim. ¿Todo bien?

—Creo que es imaginación tuya. Estoy bien porque no debería estarlo.

—Te conozco lo suficiente y últimamente has estado perdido. De hecho la psicóloga llamó al teléfono que dejaste en caso de alguna citación pendiente, y me dijo que no fuiste la última vez. ¿Qué ocurre?

—Lo había olvidado... pensé que ya la vez anterior habíamos terminado.

—Me dijo que te lo hizo saber con tiempo. No me engañes, Vadim. Dime y tratare de ayudarte si es posible.

Es cierto, ella puede ayudarme, pero no puedo terminar diciéndoselo. Ella es capaz de encarar y enfrentar a golpes a Victoria si es posible, y en eso ella no tiene problemas. Sabe defenderse como para dejar a alguien noqueado.

JÚRAME OLVIDARME| Pasiones secretas N°3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora