CAPÍTULO 78

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| S A N   P E T E R S B U R G O |

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Victoria Sagel 

Empecé a revisar cada maleta. Todo estaba en orden: la ropa y los accesorios personales de mi pequeño Eithan, todo encajaba bien. Mañana ya estaríamos viajando a Rusia y el plan que llevare acabo en dicho país será uno de los más arriesgados que haré hasta ahora. Tal ve genere el odio de algunas personas o el resentimiento al que espero sobrevivir. Aun recuerdo el trato con Rudolf Romastov tras la reunión de los Argines y el pacto de Lancelot que especificaba la lealtad hacia los Romastov de Volgogrado por parte de los Laghari, y viceversa. Aunque el nuevo trato ahora es llevar con vida a Vadim Sokolov ante ellos, cada hora que llevo con vida tiene un limite porque en caso de retroceder un paso tendría la soga sujeta a mi cuello ante cualquier acto de rebeldía rompiendo con el pacto. Y el otro encargo de la menor de los Fiorucci es de lo más estresante que llevar a vida o muerte a Santino Andrey Koslov.

El plan que tengo en mente es de lo más delicado, solo un error podría arruinar todo. La ayuda que le pedí a Aryan es tener a algunos de sus hombres para la ejecución del plan. Todo esta saliendo perfecto y así será hasta cumplir con dos de mis objetivos con mi llegada a Rusia. Probablemente transforme en cenizas ni bien pise suelo sureño con esperanzas de no ser un punto blanco en la ciudad de Oremburgo.

—¿Todo esta bien? —escucho la voz del ruso pasar por el dormitorio. 

—Sí, ya esta todo listo. ¿En cuánto debemos llegar al aeropuerto?

—En dos horas. Es mejor que vayan bajando las maletas— asiento.— . Voy a cambiarme de ropa. 

—Vadim —voltea a verme.— ¿Todo bien? 

—Sí. No tienes que preocuparte solo estoy cansado. —me acerco a él cruzando el pasillo para tomarlo de la mano. 

Siendo sincera he sentido cierto disgusto de su repentino cambio del tipo reservado a uno más callado.

—Desde ayer estas un poco extraño y la verdad es que no estoy segura de que me digas la verdad. 

—No me exijas que te diga la verdad cuando tu no lo haces conmigo. — <<¿debería ofenderme?>> Pero estaba en todo su derecho.

—¿Es por lo de Fiorucci? Te dije que el tema esta cerrado. Ya entregue lo que debía con las personas correctas. Todo fue indirectamente. —se acerca a mi e intenta relajarse.  

—Lo siento, estoy cansado en serio. No puedo desquitarme contigo, perdón. 

—Esta bien. —lo dejo retirarse al par de levantarme. 

Entro de nuevo al cuarto de Eithan al par que Alejandra se acercaba a mi para ayudarlo a bajar las escaleras. 

—Ya están mis maletas y las envié con el conductor. —avisa acercando la maleta de Eithan a la puerta. 

JÚRAME OLVIDARME| Pasiones secretas N°3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora