CAPÍTULO 57

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La sangre hierve desde lo más profundo de mis venas. La miro y pienso aun lo hermosa y joven que se ve, pero con una mentalidad retorcida. Estoy cien por ciento seguro que su objetivo aqui en Londres no era para pasear o visitar museos. Todo lo contrario. Era armar un caos. Ella intenta disculparse de su servicio al no verme lo suficientemente satisfecho, pero en ese preciso instante en el que ella da un paso para voltearse, la tomo entre mis manos en dirección a su delicado cuello. La llevo hacia la pared logrando golpear su espalda contra el tapete que lo cubría. Un jadeo doloroso invade el ambiente, su boca intenta capturar el aire posible. Intenta golpear mi pecho con sus manos , pero la retengo.

—¿No me recuerdas. Victoria?—le pregunta sin titubeos. Retiro mi mascara a lo que ella parece estar más sorprendida de lo que imaginaba. Tiro su antifaz hacia el piso. La observo detalladamente y puedo darme cuenta que hasta había cambiado de imagen. El color de sus ojos eran azules, su cabello a uno rojizo que llegaba a la altura de sus hombros.

—Suelta...me.—habla con un hilo de voz.

—¡Hace unas semanas te vi en tu maldito país!—exclamo exasperado— ¿Por qué no te quedaste en ese lugar?

—A ti que... mierda te... importa.

—Déjame adivinar: vienes por venganza, ¿no es así?—la sujeto aún más con mis dedos. Doy impulso para que se quedara sin aire. Pero al notarla a punto de cerrar los ojos, me detengo lentamente. Dejo que ella respire y entonces me doy cuenta de lo que mis impulsos habían reaccionado antes de lo que hubiera pensado.

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Mi cabeza recae en la realidad y entonces recapacito. Todo era un reflejo que mi mente había creado. Aún con la mínima duda, algo me intrigaba en esta mujer de nombre Gianna. Sus facciones eran idénticos a los de Victoria. Pero para deseaba acercarme, ella desapareció del dormitorio. Me levanto de la silla y camino hacia la puerta para pasar a retirarme con un agrio sabor en la garganta. Al llegar al ascensor reviso mi celular de vuelta y nada aún. Reviso la ubicación de Sorav y seguía en la misma dirección del club. Bajo del ascenso de la primera parte donde estaban las señoritas que registraban.

JÚRAME OLVIDARME| Pasiones secretas N°3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora