Victoria Sagel
La pesadez de llevar una carga de engaño sobrellevaba mis hombros con indolencia. El coraje de ser timada se vuelve cada vez más catastrófico, más profundo de lo esperado.
—¡Victoria!—su voz, su maldita voz vuelve a las cuatro paredes cuando toca la puerta con desesperación, me acerco a esta para dejarlo pasar.— Escúchame.
—¿Cuál era tu relación con esa mujer?—mis manos van a su pecho quejándome de su farsa relación con Annika.—¿Qué quieres que te diga, Vadim? Esa mujer me dejó en claro que tuviste relaciones, que sus necesidades son más grandes como sus ganas de enredarte en sus juegos. No sé si ese hijo es tuyo... ya no sé qué pensar.—alzo la voz tratando procesar cada palabra lanzada de Annika.
—¡No! Ese niño no es mío, puedo comprobarlo... no es mio. Mañana será la prueba, tienes que creerme, Victoria.—me tomó de los brazos intentando calmar mis nervios.
—¡Suéltame!—grito exasperada llena de ira. Forzó sus manos para que me soltara, a la segunda me da la libertad de actuar.
—Victoria, por favor. Sé que fue mi error no decirte la verdad, pero me sentí muy avergonzado.
—Puedes tener mil mujeres antes de conocerme, pero me hubieras dicho la verdad. No quería que me mintieras mientras me ves a los ojos. Me dijiste que eran solo—aclaro— colegas. Ahora viene con un hijo. Ahora si, entiendo tu angustia durante toda la cena.
—No quiero recordarla por sus riesgos sucios.
—Claro... fui una tonta. ¡Pero qué estúpida fui, Vadim! Estas asi porque sabes que ese hijo es tuyo. Maldita sea...—llevo las manos a mi cabeza tomando asiento.
—Victoria...—su voz suena más frágil, intenta acercarse a mi, pero no solo permito cuando retrocedo un par de pasos.— Tienes que creerme, ese niño no es mio. No quiero perderte, realmente... juro por mis hermanos que nunca antes me había... enamorado perdidamente.
—No quiero que juegues conmigo, no me domines... no lo hagas.—volteo para irme de este cuarto. Necesito estar sola. Quiero pensar en los problemas que comienzan a surgir.
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JÚRAME OLVIDARME| Pasiones secretas N°3
RomansaSu verdadero nombre es Victoria Sagel, fue cortejada una noche y traicionada por el hombre que creyó amar. Su única debilidad era el eco del nombre de Vadim Sokolov. Un hombre que le ofreció su amor, cegado por la belleza de Victoria haría todo lo q...