CAPÍTULO 67

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Love on the brain - Rihanna 

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Love on the brain - Rihanna 

V A D I M    S O K O L O V 

Los años pasaron volando sin breves interrupciones de recibir ordenes de varias familias de Europa y Asia. En cinco años hemos extendido nuestros servicios de nuestra base rusa. La demanda fue alta que no tuve agentes para mi llegada a Londres para dedicarme al negocio de un club nocturno que fue la herencia del padre de Santino Andrey. Es ahora mi negocio el cual debo encargarme fuera de Rusia. Fuera de mi familia. Pero por lo menos tengo a mi hermano en Londres y las lejanas visitas de Anne y de Sorav. Por ahora los servicios en Rusia seguían al mando de mis tres mejores agentes: Sergio Lebedev, Maika  Vladimirovich y Aisha Wilkovich. 

Conocí a una persona muy inocente para el mundo de un italiano con un pasado lleno de pecados. Su nombre es Gabriella Derricks. Una joven tan sutil y sencilla. No me preguntaba cómo ese par de ojos cafés se fijaron en el propio demonio. Pero, ¿Quién soy yo para juzgarla? No puedo. El amor te ciega. Te hace ver una realidad distorsionada a la manera que uno desea. Y al pasar los años tampoco se puede dejar de lado aquel sentimiento del que temo que vuelva. A pesar de las sesiones de psicología que tome nuevamente hace dos años, pude darme cuenta que hay veces en los que la solución existe y otros en lo que es casi imposible. 

No he dejado que otra mujer me toque o que intente tener algo conmigo. No. No quiero ser consumido por el miedo, peor ahora sabiendo que mi vida pueda estar en la cima de la muerte. Es tan inevitable sentirlo, sentirme vivo. Ni siquiera el mínimo gusto de tener a una mujer a mi lado logra detenerme: solo me quedare con la imagen que una figura femenina logro tentarme y lastimarme a mas no poder. La mercenaria de Victoria Sagel hacía de las suyas por varios países de Europa. Es un intento de mi, pero con una corona que le da su toque de la mujer que alguna vez imagine. 

No la subestimo. No lo haría. 

Menos ahora al darme cuenta que tiene sus trucos bien usados a la altura de mis agentes más entrenados. 

Intente seguirla. Estuve a punto de alcanzarla. La vi... sé que es ella. Aquel cabello en su total naturalidad y el color de sus ojos junto a sus delgadas y finas facciones de sus mejillas. Las mascara a penas ocultaba sus ojos, pero sus pómulos estaban al deslumbro de una frágil mirada llena de terror. Un miedo que note la misma vez que me disparo. Su respiración agitada y aquellos hermosos ojos alterados por la realidad en la que se encontraba. 

Miro mi lampara que llevaba un par de rasgos en dirección a la parte superior donde se encendía y se apagaba. Era fácil de saber que algo busco en mi cajón. Aunque tampoco sé si su truco habra funcionado, pero tampoco quedaría descartado que haya tenido éxito. Lo único que me preocupa ahora es  no estar entre sus planes de tortura. 

JÚRAME OLVIDARME| Pasiones secretas N°3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora