CAPÍTULO 2

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Vadim Sokolov

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Vadim Sokolov

Doy por hecho la segunda orden de los rusos. Me encargo de ocultar el filoso cuchillo que acabó de limpiar debido al color rojizo que destellaba por el metal. Dante Canepa, escrito en mi lista negra. A decir verdad, la mayoría de mis trabajos los realizo a sangre fría con una daga; otras veces con un arma, pero el placer de hacerlo es muy distinto de lo habitual. 

Con el tiempo descubrí eso, el placer de matar a personas a sangre fría más los años de experiencia me dio la sensación de saber en que momento atacar y donde hacerlo. 

—Señor, todos están listos para partir.

—Bien, llevaras las maletas en el mismo lugar de embarque.—agrego mientras colocaba la daga en el maletín plateado. 

El viaje de Italia a Rusia no era muy largo, no era la primera vez que viajaba a un lugar cálido como ese. En nuestra llegada, mis encargados se dirigían al almacén para dejar algunas pertenencias. Tomo asiento en mi silla para realizar una llamada lejana, necesitaba hablar con Maximiliam, pero la llamada de Sienna se interpuso antes. 

—¿Vadim?—indaga.

— A veces me pregunto cuando dejarás de llamar a  estas horas de la madrugada.

—Mi hermano no me dio una respuesta el cual puedas confirmarme tu—argumenta.

—Era sobre el viaje a Londres, ¿no es cierto?

—Bueno sí, partiré en una semana, estaremos tres semanas. Será este viernes para irnos rumbo a Londres, asi que te espero en el aeropuerto. Me encargue de pedir un avión privado.

—Esta bien.

—Para que no te preocupes sera de noche y llegaremos en ocho horas durante la mañana. Nada más. 

—Entonces quedamos asi, cuídate, Sienna.—cuelgo el celular para cuando escucho los pasos de uno de mis agentes.

—Señor, ¿hay algún pedido?—se acercan tres de mis hombres.

—No se preocupen. Los hermanos Glaskov por ahora no piden nada, tómense tres semanas libres. 

—Gracias señor.—Grusiev se retira acompañado de los otros dos. 

Tomo las llaves del auto y salgo cerrando el almacén bajo la vigilancia de los servidores de Kosglov. 

⚜⚜

Es viernes, los días de esta semana transcurren tan rápido que me tome el tiempo de ir acompañar a las clases de piano de Sorav. No dejaba de insinuar una que otra palabra delante de mi hermana la vez que tuvimos sexo. Sienna no entendía las indirectas y agradezco mucho de ello, de lo contrario tendría que todo.  

JÚRAME OLVIDARME| Pasiones secretas N°3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora