Mi princesa azul (+18)

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Bienvenid@s a un nuevo capítulo, les pido disculpas por haberl@s tenido abandonad@s. Que tengan una linda lectura, espero les guste. Sin más preámbulos ¡A leer!

Tarde de primavera, el viento paseaba entre las hebras de su cabello. Sus ojos cerrados demostraban cuanto disfrutaba de la golpiza que el aire le propinaba a su rostro. Me quedé embelesada mientras la observaba. Abrió sus ojos recibiendo destellos de sol que hacían de sus pupilas la perla más maravillosa del universo. 

Sonrió al observar el azul claro del cielo, era una sonrisa llena de dientes tan blancos como nubes de verano. Toda ella se complementaba de manera perfecta con el universo, como si hubiera nacido solo para ello, para demostrar de manera alguna lo bello y efímero que son algunos momentos. Pero al observarla a ella los momentos se volvían eternos y me hacia feliz el solo hecho de verla disfrutar de cosas tan simples como sentarse debajo de un árbol a leer un libro. 

Siempre me límite a mirarla desde lejos, quizá esperando el momento en que la vida decidiera que era hora de conocernos frente a frente. Dormía siempre imaginando el momento en que escucharía su voz dirigiéndose a mi. Quizá chocándonos de repente en la feria o en la calle, disculpándonos por la torpeza de ambas al caminar sin mirar dónde pisamos y quedando para un café a modo de disculpas. 

No sé si fue el destino o si la vida decidió que era el momento pero, me encuentro yendo hasta ella, me arrepiento al instante en que me doy cuenta de lo que estoy haciendo, pero es demasiado tarde cuando escucho su voz, su bellísima voz dirigirse a mi, lo había soñado tantas veces hasta que sucedió. 

-Hola. 

Me gire a observarla y me di cuenta de que era aún más hermosa de lo que alguna vez había podido observar desde lejos. Sus ojos eran del color del café que me preparaba cada mañana. 

-Nunca bebía café en las noches, porque siempre me dijeron que provoca desvelos. Pero nunca me dijeron que tipo de café era, y ahora me desvelaré todas las noches porque beberé cada noche del recuerdo de tus hermosos ojos.

Ella se ruborizo, sonrío y me miró, y yo me dí cuenta de que no ha sido solo una conversación con mi consciencia, sino que hable en vos alta. Sus ojos me distraen, me hipnotizan y yo creo enloquecer cada vez que la miro a lo lejos. Y he descubierto que el recordarla se ha convertido en mi pasatiempo favorito. 

- ¿Quieres sentarte? -preguntó y me vi obligada a apretar mis piernas al sentir la vibración de su dulce voz al tiempo que recorría mi cuerpo con su mirada. 

- Si quiero - dije torpemente y como pude me senté a su lado. El viento fiel aliado me regalaba su olor tan sublime como el aroma de una rosa recién cortada. 

Me quedé sentada a su lado en silencio, disfrutando de solo tenerla sentada a mi lado y esperando con un suspiro contenido que el viento me traiga su aroma de regreso. 

- Bésame ahí... donde se me quiebra la voz, donde me levantes la calma y me lleves a todo. Bésame ahí donde me hagas gritar, donde ahogues palabras y donde apagues el sol, bésame como a nada en el mundo, en el lugar perfecto que nos sentimos solo uno, bésame despiadadamente y compláceme en cada beso, bésame a escondidas y frente a la gente. Ahí, aquí... donde sea... en todas partes. Bésame absolutamente todo. 

Me quedé en silencio absoluto reprimiendo las ganas inmensas que tenia de hacer todo aquello que había recitado. 

- Peter Castillo- logre decir luego de haber tragado saliva sonoramente. Ella río bajito y se coloco frente a mi. 

-Te veía cada tarde cuando te sentabas tras aquel árbol y me preguntaba todas esas horas cuándo te atreverías a acercarte. Cuando vi que venias hacia mi, no pude evitar ponerme nerviosa. Me gustaste tanto como cuando te vi por primera vez en aquella feria donde ibas caminando rápidamente entre la gente y me chocaste, me pediste disculpas y seguiste tu camino. Cuando te vi tras aquel árbol esa primera vez sentí como el tiempo se detenía y comenzaba a andar lento. Nunca olvide tu rostro avergonzado y como tus mejillas se sonrojaron al pedirme disculpas por haberme golpeado. Me pareciste maravillosa y retuve mucho tiempo este sentimiento que comenzaba a crecer dentro mío, porque no es ético para la familia que tengo, ellos no nos aceptarían...

Ella hablaba y yo no pude hacer otra cosa más que mirar como sus labios se movían armoniosamente, con cada palabra que salían de entre ellos. 

-No leía nada, solo traigo escrito en mi cuaderno este párrafo que te leí. Leí una y otra vez las mismas palabras imaginando una y otra vez como se sentirían tus labios tibios sobre los míos. Y no pienso quedarme con las dudas.

Se fue acercando a mi hasta quedar sentada sobre mis piernas y tomándome de las mejillas por primera vez sus labios tocaron los míos, su boca se movía ávida sobre la mía. Correspondí sin lugar a dudas. Sus labios eran tibios, suaves y tan dulces como el néctar. Fueron minutos que parecían horas, nos fuimos separando por falta de aire, pero gimiendo por miedo a perdernos. Sujete sus mejillas y apoyando mi frente en la suya recité... 

- Deseo poseerte, perderme en la inmensidad de tu ser, sentir los latidos enloquecidos de tu amor, saborear tus labios de sandía, saciar mi sed de ti. En esta entrega absoluta te rendiré mi alma. Naufragaré en un mar de infinita pasión en el que los dos sentiremos que el instante de nuestro encuentro es eterno. 

- Esquivel- dijo y sus labios volvieron a unirse una vez más a los míos. 

Creí que nunca podría saciar mi sed de ella, la vida me estaba dando una oportunidad y no pensaba para nada no aprovecharla. 

- Debemos irnos - dije deseosa de llevármela de ahí y sin ninguna intensión de dejarla ir nunca más. 

- Creo que debo buscar donde vivir a partir de hoy- río. 

-Cásate conmigo- dije sin pensarlo ni un momento. 

- Con mucho gusto, pero primero debo saber tu nombre aunque, no hizo falta saberlo para enamorarme tal como lo hice. 

-Victoria...- dije mirándola a los ojos.

-Camila, mucho gusto- dijo y volvió a besarme. Correspondí a su beso parecía no tener suficiente de ella. 


Tiempo después... 

-Amor, necesito ayuda- Victoria miraba a Camila apoyada en el marco de la puerta, ataviada tan solo con una tanga de encaje color azul. 

Camila se giro a observarla, sin retirar la vista de su cuerpo se acerco a ella como un león acechando a su presa. 

-Claro, con mucho gusto- su voz sonaba ronca. 

Camila llegó hasta mi, y tomo mis caderas pegándome a su cuerpo con fuerza. Beso mis labios con fuerza, recorrió mi cuerpo con frenesí, y apretó mis nalgas a la vez que me dirigió nuevamente a la cama. Allí me recostó de un empujón y se posó sobre mi, repartió besos por todo mi cuerpo, deteniéndose sobre mi vientre, el cual llenó de besos y caricias. 

-Eres hermosa- dijo y siguió el recorrido por mi cuerpo hasta llegar a mi pubis. 

Abrió mis piernas y posicionándose entre ellas, comenzó a acariciar mi clítoris con rapidez, mi espalda se arqueaba buscando más de ella. Llevó dos de sus dedos a mi interior con fuerza, haciendo que de mi boca se escaparan gemidos de placer. Tomo mis pechos en su boca a la vez que se movía rápidamente en mi interior.  Una vez más sus labios se juntaron con los míos en un cálido beso a la vez que el orgasmo se abría paso en mi interior. 

-Amor... 

-Si? - preguntó lamiéndose los labios. 

-Lo hemos intentado muchas veces y no ha funcionado- dije y le pase una prueba de embarazo. La sexta en lo que va del año. 

- ¡No! -grito y se incorporó rápidamente en la cama- AMOR! ¿Es de verdad? - Asentí mirándola. 

-Estamos embarazadas, mi amor- Camila me abrazó con fuerza y abrazándose a mi vientre lloró.  

-Te amo Victoria y a ti también pulguita - le hablo a mi vientre. 

- Y nosotras a ti. 

- Será niño- Dijo molesta. 

-Lo que tu digas amor mío- le sonreí. 


Bueno hasta aquí, este capitulo va dedicado a mi hermosa mujer 

espero que te guste mi cielo. 

Historia Tekila (ALTO CONTENIDO SEXUAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora