La Cita(+18)

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Narrador omnisciente:

No se sabe si por amor o por rutina, pero lo cierto es que conviven en un hogar donde se parecen a perros y gatos.
En lugar de un "Buen día", se miran con desagrado o a veces ni eso.

Refugio:

Estoy que me carcomen los celos continuamente por dentro, los rumores que me llegan acerca de mi marido no ayudan en nada. Hacen que cada día el odio que estoy comenzando a sentir por él, vaya aumentando cada día un poco más.
Con Paco ya ni siquiera podemos charlar un tema trivial sobre nosotros, en toda charla tiene que salir esa maldita empleada, "Trabaja de maravilla", es algo que a mi no me concierne pero me limito a asentir con la cabeza y decirle que me alegro de que así sea.

Antes por lo menos venía a dormir a la casa, ya no juntos pero, dormía en la casa. Ahora ni eso, duerme en la oficina, si es que duerme.

Paco:

Con Refugio, directamente ya no se puede ni hablar. Le digo algo y simplemente mueve la cabeza o me responde con monosílabos.
Quizá parte de la culpa la cargue yo por volcarme de lleno en el trabajo y el hecho de llegar tarde a la casa o sencillamente no llegar, por quedarme con Raquela, mi secretaria.

Si, ya se que no está bien que le haga esto a Refugio, pero trate de no dejarla mal parada ante mi amante, para ella estamos separados. Que al fin y al cabo es lo mismo porque ya ni intimidad compartimos.

Narrador omnisciente:

Paco estaba ensimismado revisando unos papeles, cuando golpearon la puerta de su oficina.

- ¡Adelante!
- Hola bebe, (Se acerco a él y depositó un breve beso en sus labios) te llego esta carta.

Paco tomó el sobre y bajo la atenta mirada de Raquela lo abrió y leyó con el ceño fruncido en silencio.

"Hoy se cumple un día más desde que estamos juntos, yo se que nuestra situación no es la mejor porque una sombra nos rodea.
Pero quiero celebrar este día contigo, por eso te espero a las 10:30pm en el hotel de siempre."
En el final una luna estaba dibujada.

Cuando levanto la vista Raquela lo miraba sonriente, le sonrió también, dando por hecho que ella fue quien escribió la carta.

Terminando su trabajo y al ver que Raquela no se despidió, sus sospechas fueron confirmadas 'Fue ella' cuando llegó la hora se fue a donde lo esperaba y al llegar un hombre lo abordó.

- ¿Señor Fernández?
- Si... (Algo dudoso)
- Acompañeme por favor.-Lo llevó hasta una habitación y en la puerta le hizo entrega de una llave-Lo esperan... Que disfrute su estancia.

Al entrar se quedó shockeado en la puerta, al descubrir que quien lo esperaba no era nadie más que SU ESPOSA.

- Pasa y siéntate.
- ¿Que.. Que.. Que haces aqui?
- Tranquilizate. Al fin y al cabo ya estás aquí, ¿Qué más te da? Imagina que soy la otra persona que esperabas ver... La desconocida que te ha escrito un verso y te dibujó la luna en un trozo de papel.
- Cris..
- Esa amante improvisada, (Continuó hablando) misteriosa, apasionada. Y que te dio una cita, en este hotel.
- Espera Refugio, ¿Que sucede? (Desconcertado y angustiado).
- Nada, ahora... Desnudate, apaga la luz un instante y hazme el amor como lo haces con esas amantes. Te juro mi amor, que esta es la última vez que te burlas de mi, que me engañas.
- Fuiste tu la que escribió...
- Si, (Lo cortó) fueron mis manos la que te escribieron la carta. Han sido mis celos, los que te pusieron la trampa. Es mi corazón el que llora de pena por dentro. Pero, me alejo y me marcho.

Se levantó de la cama y vistiéndose se acercó a la puerta. Cuando puso su mano en el pomo de la misma, Paco la tomó del brazo bruscamente y la hizo girar, pegandola a su cuerpo completamente.

- No discutamos, porque después de la primera discusión hay muchas más.
- Suéltame.
- ¿Qué quieres que haga? ¿Qué me quedé? ¿Qué me vaya?
- Paco... Yo aún te amo. No puedo soportar que estés con otra. ¿Que tiene ella, que no tenga yo?
- Lo siento...
- Solo quedate en silencio aunque sea cinco minuto, acariciame, quedate junto ami.

Él se miró en los cristalinos ojos de ella y supo que jamás iba a encontrar a otra mujer que lo mirara de la misma manera, sobre sus mejillas resbala una lágrima.
- Odiosas lágrimas, que empañan tu hermosa mirada. Las celo profundamente por ellas poder acariciar tus mejillas y besar tus labios. Perdoname por hacerte sufrir de esta manera Refugio, yo no te meresco.

Sin querer escucharlo más acercó su rostro al de él, y juntaron por fin, después de tanto tiempo sus labios.
Fue un beso anhelado, agonizante, desesperado... El comienzo de una nueva etapa.

Lentamente acaricio su espalda por debajo de la blusa, hasta llegar al broche del sostén, lo soltó y este se abrió. Llevo sus manos hacia adelante y comenzó a sacar uno a uno los botones de los ojales. Le saco la blusa y luego el brasier.

Sus manos coronaron sus pechos, amasandolos suavemente, disfrutando de la fricción de las pieles. Se sacó la camisa por la cabeza sin tomarse la molestia de desabrocharla. Le quito la falda a Refugio y la alzó en brazos, haciéndola que abrace sus caderas con las piernas. Le acarició el trasero suavemente y lo apretó.

Cayeron ambos a la cama. Él entre las piernas de ella, pegando sus sexos, a través de la barrera de las bragas de ella y el pantalón de él.
Refugio llevó sus manos entre ellos y le desabrocho el cinturón y el pantalón y ayudada por sus pies le bajó los pantalones junto con sus boxers.

Impaciente Paco rompió las bragas de Refugio, sin comprobar si ella estaba lista la penetro fuertemente, haciendo que de pronto el aire se trabará en su garganta. Comenzó a moverse lentamente hacia fuera y cuando volvió a penetrarla de la misma manera ella jadeo. Las uñas de refugió se enterraban en la espalda de Paco y sus dientes en sus hombros. Su cuello ya contaba con varios chupetones.
Un intenso y continuo bailoteo de caderas se produjo de un instante a otro, lo único que se oía en esa habitación eran los gimoteos de ambos y el golpeteo ensordecedor de las carnes al chocar.

Él continuó moviéndose dentro de ella causándole estragos, por un par de minutos más... Un fuerte escalofríos los recorrió a ambos al sentir la llegada del clímax.
Se derramó dentro de ella, quemando su vientre por dentro.

- Te amo Refugio, perdoname por ser tan idiota.
- Ya no digas mas, solo prometeme que a partir de ahora la única que ocupara tus pensamientos y a la única a la que amaras seré yo.
- Te lo prometo mi amor.

Historia Tekila (ALTO CONTENIDO SEXUAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora