Historia Tekila (ALTO CONTENIDO SEXUAL)

La Empleada parte VII(+18)

Continua...

Ya no importaba nada, era ahora o nunca. Acomodó a Victoria en un hombro y comenzó a correr sin parar, le faltaba el aliento pero continuo corriendo hasta llegar a la ruta.
Dios estaba de su lado, a los pocos minutos de que se pararon en la banquina un auto apareció en una curva, le hizo señas de inmediato y el carro frenó, su conductor bajo rápidamente a ver que sucedía ya que Heriberto apoyo a Victoria en el césped.

-Necesitamos ayuda, nos secuestraron y mi mujer se encuentra mal (Lo miro suplicante).
-¿De donde son? (Preguntó el conductor).

Heriberto le dijo de donde eran e inmediatamente los ayudó. Subieron al carro y Heriberto subió el los asientos de atrás con Victoria en brazos. Una vez en el hospital los atendieron y dejaron a Victoria en reposo.

A la hora de estar recostada en una camilla de hospital, comenzó a despertar, lo primero que vio fue a Heriberto cuidándola.

-Heribe...(No pudo continuar hablando, ya las palabras no le salían debido al llanto).
-Mi amor, tranquila. Ya paso todo (Se acercó a abrazarla).
-Él me dijo que estabas muerto.
-Ya vez que no mi vida, estoy vivo y voy a cuidar de ti. (Besando suavemente su frente).

Al otro día...

Dieron de alta a Victoria, antes le suministraron algunas vitaminas. Se tomaron un taxi hacia la casa de ella, cuando llegaron pagaron al taxista y luego entraron a la casa.
Victoria fue directamente a su recámara y se recostó en la cama, Heriberto la siguió y se la quedo mirando apoyado en el marco de la puerta.

-Ven...(Dijo golpeando un lado de la cama).

Heriberto se acercó y despacio se recostó en la cama apoyando su espalda en el respaldo de la misma. Inmediatamente Victoria apoyo su rostro en el pecho de él, abrazandolo.

-Sentí muy feo, cuando me dijo que te había matado(Lo abrazó más fuerte).
-Me vas a matar tu, si me sigues abrazando así, tan fuerte(Rió).
-(Sonrió) Es que tuve miedo Heriberto, creí que te había perdido para siempre(Angustiada).
-No me perdiste mi amor, nosotros estamos destinados a estar juntos para siempre. Te amo Victoria, nuestro amor merece estar vivo por mucho tiempo más(Levanto su rostro y la beso tiernamente).

Tiempo más tarde...

Victoria llego a depender tanto de la presencia de Heriberto, que sin darse cuenta se volvió una mujer muy posesiva. No le gustaba que él le hablara a ninguna otra mujer que no sea ella.

Una noche él la dejo en la casa para ir a comprar unas cosas que hacían falta para preparar la cena, Victoria desconfiada luego que él salio, lo siguió. Heriberto estaba comprando todavía sin darse cuenta de la presencia de ella. Cuando termino sus compras, fue hasta la caja, la dependienta era, para desgracia suya "una mujer". Él cordialmente le regalo una sonrisa, Victoria quien lo vio, se metió en la tienda hecha una furia.

-¿Por qué le sonreíste? (Enojada).

-Victoria... ¿Qué haces aquí? (Sorprendido).

-¡Respondeme lo que te pregunte Heriberto! No me conteste con otra pregunta (Alterada).

-Vamos a casa Victoria(Intentando tomarla del brazo).

-No, no me toques. Vete con ella, seguramente te gusta más que yo.

-Nose que te sucede pero, no quiero armar un escándalo aquí.

-Escúchame una cosa Heriberto, no quiero que nadie te toque, que nadie te mire, y mucho menos que te hablen. Tú eres MIO, eres hombre prohibido para las demás(Señalándolo con el dedo). Que no me entere, que no sospeche, que te me escapas; soy buena espía, te seguiría hasta encontrar algo que me confirme mis dudas.

-Estas loca, mi amor(Algo divertido).

-Si, loca de celos por ti. (Sujetándolo del cuello de la camisa y acercando su rostro al de él) Nada de amigas, nada de abrazos con ninguna otra que no sea yo. Me nace rabia y envidia, tu eres mio...