Samantha
Eli duerme plácidamente a mi lado y sonrío. No sé qué haría sin ella. Me levanto intentando no despertarla y me voy a la ducha. Me doy un baño y cepillo mis dientes. Cuando salgo ya está despierta.
— ¿Te sientes mejor?
—Lo mejor que puedo estar después de llorar toda la noche. —Le comentó mientras me visto.
—Bueno, ahora debes contarme lo que paso y a quien debo partirle las bolas.
—No tienes que partirle nada a nadie, loca
—Si hace llorar de esa forma a mi mejor amiga sí que debo hacerlo. Vamos Sam, puedes confiar en mi para decirme lo que sea.
Suspiro y me siento en la cama al lado de ella.
—Dylan robo parte de mis ahorros, intente detenerlo y me golpeo.
Omito la parte de Daniel. Ella no dice nada, cuando sale de su aturdimiento su cara comienza a tornarse roja. Eli es de tes blanca y cabello rubio, por lo que el color rojo toma protagonismo en todo su rostro llegando a lucir graciosa.
—Ese imbécil de mierda—Chilla Eli furiosa—Te juro que como lo vea lo mato.
—Nadie va a matar a nadie
—Es un poco hombre, tú siempre lo ayudaste, ¿Cómo fue capaz de hacerte algo así?
—Hace unos meses deje de ayudarlo, él se molestó y me dijo que no podía darle la espalda. A los pocos días volvió, forzó la cerradura y se llevó todo el dinero. Lo mismo hizo la noche anterior, solo que esta vez intente detenerlo y las cosas no acabaron bien.
—Por favor, déjame patearle la cara
Me rio cuando me da mil ideas de como matar a Dylan. Salgo de la habitación y nos preparó algo de comer a ambas. Cuando estamos listas nos vamos al trabajo.
—Podrías decirle al señor José que te permita trabajar jornada completa. — Dice Eli cuando estamos caminando al trabajo.
—Una vez se lo comente, pero dijo que las cosas no estaban yendo tan bien, como para pagarme jornada completa.
Ella hace una mueca de tristeza y no dice nada más hasta que estamos cerca. Entonces habla.
—¿Y ese cochecito?
No entiendo lo que dice hasta que miro en la dirección que llama la atención de mi amiga y veo un hermoso auto negro aparcado fuera del local.
—¿Desde cuándo andan ricachones por estos lados?
—Quizás, es amigo del señor José
Cuando pasamos por al frente del auto miramos disimuladamente dentro de este y hay un hombre hablando por teléfono dentro. Es algo joven, diría que tiene unos 23 o 24 años, cabello castaño y, es lindo. Creo que Eli piensa lo mismo porque se queda mirándolo embobada. Ve que lo observamos y enarca una ceja en nuestra dirección. Nos giramos rápidamente.
—¿Viste a esa belleza? —Chilla.
—¿Hablas del auto?
Ella rueda los ojos y me da un pequeño golpe. Luego de eso nos cambiamos para comenzar a trabajar. Cuando ya va a terminar nuestro turno aparece el señor José.
—Samantha, ven a mi oficina por favor.
—Enseguida señor.
Compartimos una mirada extraña con Eli y antes de dirigirme a la oficina un coche gris igual de hermoso que el anterior aparca fuera.
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Forzados a odiarnos (Terminada)
RomanceSamantha fue presionada a tomar una decisión y esta le costo perder a su gran amor, Daniel. Tres años más tarde y como si el destino se estuviese burlando de ellos, los pondrá cara a cara nuevamente, pero ¿Son 3 años suficientes para dejar de amar...