3 años después
—Ya basta, Elizabeth—Le digo divertida—Ya te dije que no puedo hoy—Le doy una mirada triste. Ella me mira con el ceño fruncido.
—Dame una razón lo suficientemente buena, para que no puedas salir con tu mejor amiga a hacer cosas de mejores amigas y dejare de insistir—Se cruza de brazos. Dudo un momento sí decirle, pero finalmente lo suelto.
—Tengo una entrevista de trabajo hoy—Le digo despreocupada terminando de lavar el último vaso para luego secarme las manos.
Ella me mira enojada y se lo que se viene.
—¿Otro trabajo? —Exclama molesta. — Acaso estas locas, ya habíamos tenido esta conversación Samantha, se supone que dejarías de sobreexplotarte.
—La universidad no se pagará sola—Es lo único que digo.
—JÁ, ¿la universidad?, llevas trabajando dos años en casi tres empleos al mismo tiempo y piensas que te creeré que aún no puedes juntar para pagarte la universidad—Se por donde se dirige esta conversación.
—No quiero hablar del tema Eli, déjalo estar.
—No. —Ruedo los ojos- No hagas eso, sabes que esta situación debe parar, si continúas manteniendo a tu hermano y pagándole sus adicciones jamás conseguirás juntar el dinero para entrar a estudiar. ¿Cuándo veras por ti, antes que por él?, tiene 23 jodidos años Sam él ya debe aprender a vivir por su cuenta.
Se que ella tiene razón, sé que debo detenerme y dejar de darle mi dinero, pero el me necesita. Cuando nuestro padre murió hace dos años, él fue el más afectado, yo me refugie en el trabajo, conseguía empleos para mantenerme ocupada y no pensar en que lo único que me quedaba para no estar completamente sola era Dylan, mi hermano. Él por otro lado se lo tomo de una forma diferente, se metía en problemas, comenzó a consumir drogas, participaba en apuestas ilegales y estaba hasta el tope de deudas con gente que no se andaba con juegos. Una noche llego desesperado a casa, me dijo que sí no pagaba todas las deudas lo matarían, sentí tanto miedo de perder a la única familia que me quedaba, que le di todo el dinero que por años con mi padre ahorramos para que yo pudiera entrar a la universidad. Me prometió que dejaría de meterse en problemas y que me ayudaría a recuperar todo el dinero de mis estudios, pero creo que se le olvido al siguiente día.
—Solo le doy el dinero suficiente para que no muera de hambre—Me defiendo.
—Pues que trabaje.
—Mejor cambiemos de tema y deséame suerte para conseguir el trabajo.
Ella suspira rendida y me da una sonrisa.
—Realmente espero que consigas el trabajo Sam, pero por favor no te sobre esfuerces.
—Tranquila, ya acomodé mis horarios y me sobra el tiempo. —Le miento.
Una vez ya cerramos el local me dirijo a la entrevista. El lugar no se encuentra tan lejos de donde queda mi trabajo así que en nada ya estoy frente a un gigante edificio que desprende elegancia por donde se le vea. Me apresuro dentro, Rose la mujer que me citó me dijo que su oficina quedaba en el segundo piso, utilizo las escaleras y una vez ahí le escribo que ya llegué, este piso es diferente al primero, aquí la gente ya no viste de traje ni faldas, solo uniformes de limpieza. Su respuesta no tarda en llegar y me dirijo a su oficina, no es muy difícil encontrarla puesto que solo hay dos puertas en esta planta, golpeo y una mujer de unos 35 años me recibe, tiene el pelo tomado, es de tes clara y bajita.
—Samantha Evans, ¿Verdad? —Asiento como respuesta. —Bueno, bienvenida, te explicare un poco en que consiste le trabajo. Básicamente nos encargamos de que este edificio se mantenga limpio. Por lo que pudiste apreciar es enorme por esto necesitamos el mayor personal posible. Sí quieres el empleo t u turno comenzaría a las 8 de la noche y terminaría a las 11, a estas horas solo quedamos algunos de los que limpian los pisos y baños. El salario es bueno y solo debes trabajar 3 horas. Así que, terminando con mi explicación, ¿Puedes con el empleo?
—Por supuesto que sí. Trabajo como mesera por lo que estoy acostumbrada a limpiar la suciedad. Podría comenzar ya mismos.
—Te mostraré el edificio y puedes comenzar mañana, tu uniforme se te entregara aquí.
Ella me dirige hacia el ascensor y llegamos al piso 9, este está lleno de cubículos donde hay mujeres y hombres bien vestidos trabajando. Rose me informa que aquí debo trapear el piso y vaciar los basureros de cada escritorio, además de limpiar los baños. Luego de explicarme todo lo que debo hacer en el piso 9 subimos al 10, este es el último. Es más espacioso, puesto que no hay cubículos, si no oficinas. Rose me dice que cada oficina tiene su baño por lo que en este piso podría tardar un poco más. Ella se detiene
—Bueno eso es todo, el trabajo es un poco pesado pero el salario te lo recompensa. Sin nada más que agregar, bienvenida a Industrias Navarro.
La sonrisa que hasta ese momento traía se congela, ella dijo ¿Navarro? Un montón de recuerdos invaden mi mente, recuerdos que creí olvidados. Un montón de personas tienen ese apellido me digo, no seas paranoica.
Justo en ese momento y como si el destino se estuviese riendo en mi cara, del ascensor sale él, caminando seguro, con semblante serio y mirada fría. Su belleza ya no es jovial, luce como todo un hombre. Recuerdo sus palabras. No te vuelvas a cruzar en mi camino. Un sentimiento parecido al miedo me invade, no pretendo hacerlo, Daniel.
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Forzados a odiarnos (Terminada)
RomanceSamantha fue presionada a tomar una decisión y esta le costo perder a su gran amor, Daniel. Tres años más tarde y como si el destino se estuviese burlando de ellos, los pondrá cara a cara nuevamente, pero ¿Son 3 años suficientes para dejar de amar...