Capítulo 20

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Samantha

—¿Segura que estás bien? —Pregunta Eli.

—Que lo preguntes tantas veces no hará que la respuesta cambie.

—Solo quiero asegurarme.

Le doy una sonrisa sincera.

—Estoy bien.

Ella me mira sin creerme del todo. Ruedo los ojos.

—Es un imbécil—Suelta de la nada

—No lo culpo, Eli.

Y lo cierto es que era verdad, había pasado una semana desde el encuentro con Daniel, no negaré que sus palabras me dañaron, pero como podía yo juzgarlo. También le había hecho daño y ahora ambos pagábamos por eso.

—¿No has vuelto a hablar con él?

—No.

Trabajaba en la empresa, pero a las horas que realizaba la limpieza el ya no estaba por lo que no nos habíamos cruzado, pienso que ambos estábamos tratando de evitarnos. Con quien si me tope fue con Logan, él estaba furioso con Daniel y me pidió perdón. También se le escapo la petición que le había hecho su padre a Daniel. ¿Casarse por un contrato? Yo jamás entendería las cosas de la gente con dinero, una parte de mi quería llorar en ese momento y la otra quería ir y golpear a Daniel por no ser lo suficientemente hombre para explicarme la razón por la que me alejo.

—¿Pudiste descansar anoche? -Interrumpe Eli mis pensamientos.

—Yo....sí—Digo finalmente.

—¿Me lo juras por nosotras?

La miro entrecerrando los ojos.

—No puedo creer que utilices eso.

—Así no podrás mentirme—Me sonríe de forma inocente. Suspiro.

—Las pesadillas siguen ahí.

Recuerdo la noche anterior, la misma pesadilla que se repetía cada vez que cerraba mis ojos. La figura de un hombre tocándome, la impotencia de no poder defenderme se volvió casi como una rutina de mi noche despertar gritando asustada, llorando y buscando la protección en unos brazos que ya no tenía, así que solo abrazaba una almohada y rogaba para que las pesadillas no invadieran mi mente otra vez.

—¿Quieres que me quede contigo esta noche?

—No te preocupes.

—Sabes que no es un problema para mí, podemos ver una película y comer porquerías.

—Como podría negarme a eso.

Ella chilla de emoción y me da un fuerte abrazo.

—Entonces nos vemos después de que acabe tu turno.

Asiento tomando mis cosas de la sala de descanso del restaurante, nos habían devuelto el empleo a ambas y estaba agradecida por eso, mi única preocupación ahora era poder entrar a la universidad si o si el próximo año y para eso ya faltaba poco, por lo que necesitaba concentrarme.

Salgo de este y camino hacia la empresa, la sensación de que alguien me sigue me me invade al igual que todos estos días, pero cuando me giro para comprobar que sea real no veo nada. No seas paranoica, Sam.

Llego justo a tiempo, Rose está ahí.

—Hola, cariño.

Esta semana he hablado mucho con Rose y resulto ser una señora de los más amorosa y nos llevamos bastante bien.

Forzados a odiarnos (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora