Capítulo 26

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Daniel

—Si me ganas esta vez no jugaré de nuevo.

—Eres un llorón—Me dice soltando una carcajada.

—No entiendo porque tu auto avanza más que el mío, estás haciendo trampa.

Ella no deja de reírse y yo solo me concentro en hacer que mi maldito auto avance más rápido. Siento que lo estoy consiguiendo, sonrió internamente, al fin logre pasar su estúpido auto. Falta poco para llegar a la meta y cuando al fin percibo la victoria, Sam golpea la parte de atrás de mi auto y este comienza a dar vueltas, pierdo completamente el control y veo como su auto pasa la meta.

—¡Gane de nuevo!—Grita ella y me da una sonrisa inocente.

La miro incrédulo.

—No acabas de hacer eso—Le digo lentamente.

—¿Qué hice?—Me da una sonrisa.

—Hiciste trampa.

—Era una carrera ilegal, todo se vale.

—¿Cuándo estipulamos eso?—Ella suelta una carcajada y separa del sofá—¿Dónde vas?

—Quiero algo de comer—Dice inocente.

—No, tu no vas a ningún lado-No permitiré que se mueva hasta que le gane la maldita carrera.

—No seas un mal perdedor, Daniel.

Camina a la cocina ignorando mis palabras, la sigo, se mueve por esta y me encanta la familiaridad con la que lo hace. Han pasado 3 días desde el incidente y estamos prácticamente viviendo juntos. En las mañanas la llevo a su trabajo y en las tardes la traigo, su turno en la empresa termina más tarde, pero obviamente la espero, no me arriesgare a que le pase algo estando sola.

—Quiero palomitas—Dice de la nada sacándome de mis pensamientos.

La miro con una sonrisa y voy hacia el cajón donde creo que quedaba un poco de maíz para prepararlas.

—¿No tienes de las que se meten en el microondas?

—No me gustan esas, no tienen sabor.

Ella se encoje de hombros.

—¿Nunca has preparado tú?—Le pregunto.

Su expresión cambia rápidamente.

—Dylan las hacia—Comenta—Yo las quemaba.

Sonrió y cambio el tema.

—Pues ahora veras aun experto.

Tomo el recipiente donde suelo prepararlas, le agrego un poco de aceite, mucha azúcar y comienzo a revolverlas, cuando veo que ya es suficiente pongo la tapa y con un trapo sujeto esta para agitarlas, las palomitas comienzas a explotar dentro, levanto la tapa para ver si están listas y una me salta en el rostro haciendo que suelte el recipiente de golpe y la tapa se corra un poco, comienzan a saltar palomitas en todas las direcciones.

Sam comienza a reír.

—No es gracioso—Murmuro.

—Si que lo es. 

Apago la cocina y pongo las palomitas en una fuente.

—¿Vemos una película?

Ella asiente y saca una cabrita.

—Deliciosas.

Como tú, pienso.

—Te dije que soy el mejor—Ella rueda los ojos. 

Forzados a odiarnos (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora