Forzados a odiarnos (Terminada)

Capítulo 34

Daniel

—¿Qué? —Musita Sam en un hilo de voz.

La miro, esta tensa y tiembla. Tomo su mano rápidamente y miró a los oficiales.

—Ustedes deben salir de aquí—Nos dice uno de ellos—Necesito hablar con la señorita...

—No—Digo cortante—Ella no hablara hasta que su abogado este aquí.

—No necesita un abogado.

—¿Entonces por qué necesita hablar con ella? —Lo miro desafiante.

Ellos me miran serios y Sam continúa temblando. Acaricia su mano con mi pulgar. Él oficial nos mira y suspira.

—Tenemos que comprobar la declaración de su hermano—Al ver que no obtiene respuesta continua—El señor Dylan Evans asumió su culpa, asegurando que mato a Alex Scott en defensa propia.

—¿Qué? —Susurra Sam.

Vamos, Sam, deja de decir qué.

—Solo queremos su declaración.

Sam comienza a temblar y miro al doctor en busca de ayuda, el parece captar mi mensaje y mira a los oficiales.

—La chica acaba de despertar de un golpe bastante fuerte y no está en condiciones de contestar sus preguntas ahora, les agradecería si pudiesen volver luego y ustedes—Nos mira—Déjenla descansar.

Asiento en su dirección y beso la frente de Sam antes de abandonar la habitación.

—Debemos ir a hablar con Dylan—Les digo.

—Podrías taparte primero, te paseas como si no hubieses recibido un disparo hace nada—Dice Logan enojado.

—¿Estas gruñón? —Lo molesto.

—Casi pierdo a mi mejor amigo, no estoy para bromitas.

Tomo sus cachetes y los aprieto.

—Si me amas.

—Por supuesto que sí, imbécil.

Me rio y eso provoca que la herida me duela, tomo una bocanada de aire, por suerte el disparo no afecto ninguna parte de mi cuerpo, solo me puse débil por perder una cantidad grande de sangre. Camino a la habitación de Dylan y Max se acerca a mí con una bata que cubre todo mi cuerpo.

La chica que se quedó conmigo hasta que la ambulancia llego está dentro sujetando su mano y lágrimas caen por sus mejillas, ambos se giran cuando notan mi presencia.

—¿Podemos hablar?

Él asiente y le pide a la chica que salga un momento. Logan y Max también me esperan fuera.

—La policía fue a ver a Sam.

—¿Como esta ella?

—Despertó hace un rato.

—No entiendo porque van a molestar, ya les dije que fui yo.

—Querían su declaración.

—Ah.

La conversación es de lo más incomoda, por el hecho de que ninguno de los dos se soporta y cuando lo veo solo quiero golpearlo por todo lo que le hizo a Sam.

—¿Por qué?

—No entiendo tu pregunta.

—¿Por qué te culpaste?

—¿De qué hablas? Yo lo mate.

—Ambos sabemos que no.

—¿Y qué harás? ¿Decirles que fue Sam?