Dylan
—La orden de la mesa 6–Grita Trevor depositando la orden en el mesón que separa la cocina de las mesas donde las personas comen.
Tomo la bandeja con comida y camino hacia la mesa sirviéndole a una pareja de ancianos.
—Disfruten su comida.
—Gracias cariño—Dice amablemente la anciana.
Camino por las demás mesas retirando los platos sucios y limpiando para los nuevos clientes. Luego llevo todo a la cocina.
—Comen demasiado rápido—Se queja Astrid lavando todo.
Sonrió.
Ha pasado un mes desde el incidente y Astrid, la chica que me salvo no se ha despegado de mi desde ese día. Luego de que hablamos toda la noche, su hermano la llamo preocupado, ella me convección de ir con ella y luego de negarme infinitas veces accedí a acompañarla. Aún recuerdo lo vergonzoso que fue.
—Mamá es la mujer más generosa del mundo—Me dice mientras caminamos a su casa.
—No creo que....
—Solo sígueme—Me corta.
Su casa se encontraba alejada de la cuidad, era de dos pisos, blanca y con muchas enredaderas, también tenía un enorme jardín al frente.
—Mamá está obsesionada con las flores—Comenta.
No digo nada y caminamos por el jardín, ella saca unas llaves y abre la puerta principal.
—Llegue—Grita.
Un chico que luce de mi edad y tiene un gran parecido con Astrid aparece frente a nosotros y me da una mirada interrogante.
—Mamá—Grita de la nada—Astrid ya no recoge perros, ahora trae personas.
—Muy gracioso Trevor—Se acerca a él y lo golpea en la cabeza—No seas descortés.
—¿Qué ocurre aquí? —Una mujer de pelo castaño con algunas canas aparece en la escena, es bajita y al igual que el chico tiene un parecido a Astrid—¿Quién es él?
—A mí no me mires—Dice el chico—Astrid lo trajo.
La mujer mira a su hija con el ceño fruncido.
—Pues....
Es interrumpida por la puerta principal y un hombre entra a la casa, se queda quieto al vernos.
—¿Quién es él?
—Lo mismo queremos saber todos—Dice el chico.
Cuatro pares de ojos me miran y yo no sé dónde esconderme.
—Es suicida—Dice Astrid de la nada.
Me pongo de todos los colores.
—¿Qué? —Dice la mujer.
—Creo que debes explicarnos mejor, hija.
Ella suspira.
—Yo salí a caminar como todas las noches por el sendero del puente y lo encontré ahí, a punto de arrojarse al agua.
—¿Eso es cierto?—Me dice él hombre.
—Yo....yo estaba mirando el agua.
Veo como Astrid rueda los ojos y comienzo a explicarles todo.
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Forzados a odiarnos (Terminada)
RomanceSamantha fue presionada a tomar una decisión y esta le costo perder a su gran amor, Daniel. Tres años más tarde y como si el destino se estuviese burlando de ellos, los pondrá cara a cara nuevamente, pero ¿Son 3 años suficientes para dejar de amar...