FOTOS BOCHORNOSAS.

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—No te atreverías. — dijo Andrew con incredulidad en la voz.

—Eres como tu padre. — se quejó Aiden.

—Si le enseñas esa foto, te mato. — amenazó Caden.

Pierre sostenía en sus manos una foto de lo más comprometedora, en ella se mostraba a un Andrew muy borracho — y muy desnudo — coqueteándole a una lampara, a un Aiden con unos calzoncillos en la cabeza a modo de sombrero bailando sobre una mesa y a Caden tirado en el piso con los pantalones rotos y dormido en el piso junto a su propio vómito.

—Por supuesto que no la usaré... si pagan el precio. — sonrió el quebequense.

Los otros tres temblaron, ese loco con evidencias era una pesadilla total.

—Bien. — se resignó Aiden. — mi pastelito es todo tuyo por una semana.

—Que sean dos.

—Una y media. — ofreció Caden.

—Tres.

—¡Dos y ni una oferta más! — chilló Andrew.

Pierre sonrió con suficiencia y asintió.

—Bien, un placer hacer negocios con ustedes; me llevo a Alex por dos semanas.

—¡Eres un imbécil, Andrew! — gritaron Reino Unido y Canadá británica al unísono mientras se abalanzaban sobre el rubio.

Así es cada primero de enero para decidir quién se llevaba a México de vacaciones para disfrutarlo y tenerlo para sí solito durante dos semanas.     

CRÓNICAS NORTEAMERICANASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora