FAMILIA 3/3

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                                                  Punto tres: Tíos.

>> ANDREW <<

Andrew miraba aburrido la enorme mesa llena de gente, Inglaterra, sus hermanos, sus primos, sus tíos.

Con un bufido se cruzó de brazos y posó su mirada en Iarlaith, Irlanda del note, el preciado hermanito menor de Inglaterra, de inmediato el de pelo zanahoria volteó a verle y le sonrió con ánimo.

El rubio le respondió con una leve sonrisa, Andrew no se engañaba, Iarlaith es uno de los tíos con los que se lleva bien.

Luego miró a Caerwyn, el galés tardó unos minutos en mirarlo y dedicarle una mirada envenenada, el americano le devolvió el gesto sacándole la lengua de manera burlona.

Después buscó a Escocia, pero por desgracia ni Balgair ni Caden estaban en la sala; Estados Unidos sonrió, Balgair pasaba siempre de largo de él, por lo cual su relación siempre ha sido neutral, si el escoces le tiene algo de estima, sin duda eso es obra del canadiense.

Luego sus pensamientos se centraron en Irlanda, si era sincero, Brádach parece no tener una imagen formada de él al cien por ciento, por lo tanto, su relación era neutral rozando a buena.

—¿Crees que el abuelo los volvió a mandar al cuerno? — Preguntó Manjit con humor.

Oh, cierto, también estaba el abuelo Avalon... nunca se ha llevado con el vejete, pero en su defensa, el único de sus hijos que lo quiere muchísimo es Escocia... aunque por ahora el viejo viva con Irlanda.

¿Cómo habrán hecho sus tíos para esconder a semejante país mítico tan codiciado?

—Sí, supongo que eso es lo más probable, ni Irlanda ni Escocia están aquí. — replicó sin interés.

Oh, como le aburre su "familia".

>> CADEN <<

—Y entonces, esa cosa nos persiguió hasta que Andrew le devolvió a su cachorro. — terminó de relatar la anécdota.

La risa suave y limpia, casi celestial, llenó la pequeña estancia, encantando al americano por lo maravilloso que se oía.

—Eres un niño muy travieso. — le dijo con cariño un hombre de, en apariencia, sesenta años, de cabello negro y ojos más verdes que la esmeralda.

—Trato de no serlo, pero mis amigos y mi primo me obligan. — respondió con coquetería.

El hombre mayor suspiró y le dio una mirada cargada de ternura.

—Me lo imagino; el niño de Teokui debe ser todo un caso.

—¿Alex?, no, no realmente, es tranquilo, aunque de vez en vez tiene sus arranques de travesura.

El mayor asintió y tomó una de las galletas dispuestas en la mesa de centro.

El silencio reinó durante unos minutos.

—¿Eres feliz, flama? — preguntó el mayor de repente. — Me refiero a si eres feliz con la familia que tienes.

Caden lo pensó unos momentos, su relación con sus tíos Henry y Caerwyn es buena, no hay ningún problema, la relación con sus tíos Brádach y Iarlaith es maravillosa, pasa muy buenos ratos con ellos, su lazo con su padre le encanta, y la relación con su abuelo... no la cambiaría por nada.

—Claro que soy feliz, abuelo, no cambiaría a mi familia por nada. — respondió con amor.

Y claro que no, no dejará por nada a aquellos que lo hacen ser feliz.

>> MAURICIO <<

El mexicano miró con recelo a su primo asiático, ¿a qué quería llegar Macao?

—¿Mi tío preferido? — preguntó anonadado.

—Sí, ¿quién es tu tío favorito? — insistió el asiático.

México repasó sus relaciones con sus parientes.

Portugal: Hay cierto lazo amistoso, pero... se siente un poquitito intimidado por él.

Francia: Lazo amistoso, pero ni de loco olvida todas sus metidas de pata.

Italia: Pasa de largo, la relación es más bien neutral.

Rumania: Ni siquiera sabía que era su tío, con eso lo dice todo.

Andorra: Se conocen solo de vista y por unas cuantas cosas locas que ha hecho España...

No es como que tenga muchas opciones.

—Creo que... ¿tío Portugal?

—¿Me estás preguntando o me lo estás afirmando? — cuestionó Macao.

—¿Afirmando?

—Bueno...

La familia es algo complicado.

>> PIERRE <<

—Solo escoge uno, ni que te fuéramos a golpear o algo. — declaró Argentina.

Quebec les dio una mirada fastidiada y luego se concentró en las tarjetas con las banderas de sus respectivos tíos: España, Andorra, Portugal, Rumania, Italia...

—¿Qué no faltan?

—Pues no lo sé... tú solo escoge.

Con resignación tomó las cartas de Andorra, España y Portugal.

—Son a los que más tolero. — declaró.

—¿Qué significa eso? — interrogó Chile.

—Interprétenlo como quieran.

Ni de loco les iba decir que en realidad a duras penas convivía con la familia.

CRÓNICAS NORTEAMERICANASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora