LAS RESACAS DE AÑO NUEVO( CDMX).

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Decir que Juan se despertó por el tremendo grito que pegó Aiden en la mañana sería mentir, el chilango se despertó más que nada por el olor a ponche a calientito que percibió a su lado.

De inmediato se incorporó y tomó la taza de ponche que estaba en la mesita de noche que estaba al lado de la cama en que estaba acostado; justo cuando llevaba media tasa lo notó.

Estaba en una cama, con su pijama puesto y rodeado de peluches, almohadas y cobijas calientitas; eso no lo hicieron esos idiotas, así que...

En ese momento México entró al cuarto, le sonrió y dijo en voz baja.

—No se van a quedar solos de nuevo por estas fechas... NUNCA.

Y salió de la habitación.

Juan solo le restó importancia y siguió bebiéndose su poche que, sospechaba, tenía un combo completo de analgésicos adentro.    

CRÓNICAS NORTEAMERICANASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora