RELAJARSE

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Caden suspiró con cansancio, había tenido un día muy pesado y Pierre estaba de histérico, su primer ministro no podía calmarlo y él no se encontraba en su mejor estado como para poder ayudarlo.

Por eso había huido ahí.

—Y eso fue lo que pasó. — terminó de relatarle a Mauricio mientras suspiraba.

—Un día de perros, nada más de oírte ya me fatigué.

—Será que me llevas masajeando todo este tiempo...

—Sí, tal vez eso también tenga algo que ver... pero es la única manera de relajarte, si hubiera otra más rápida y efectiva lo haría sin dudar.

Caden miró a México con ojos brillantes.

—Bueno... existe otra manera, pero no sé si tengas ganas...

Al escucharlo el castaño estalló en risas.

—¿Por qué no se me ocurrió? — inquirió con sarcasmo. — Ustedes son una bola de pervertidos.

—Tú sabías en lo que te metías.

—Hugh, era joven y atolondrado.

—¿Es eso un no?

—Es un "muévete antes de que me arrepienta".

Con gusto Cadenabrazó a Mauricio y empezaron a subir las escaleras a la habitación delmexicano.

CRÓNICAS NORTEAMERICANASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora