COMO EN LA PRIMARIA.

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El Fondo Monetario Internacional, o Foster White, mejor conocido como "el maldito desgraciado que me hunde con sus malditos intereses", había reunido a las Naciones en una clase para enseñarlos a ser más precavidos con sus finanzas.

—Muy, bien. Veremos que las finanzas son tan fáciles como los problemas de matemáticas de la primaria. Lo primero es armar un presupuesto REALISTA del dinero que disponen para gastar. — dijo eso mirando al continente americano.

En la sección de los mismos, Andrew se inclinó un poco para susurrarle a Mauricio:

—Oye, ¿crees que lo dice por nosotros?

—Quien sabe, según yo, tenemos bien los presupuestos y los gastos.

—Lo mismo digo yo...

Ante ese cuchicheo, Foster volteó a verlos con enfado.

—¡Presupuesto realista no es contabilizar como dinero libre el que debes ocupar en pagos de intereses o lo que supones que tus ciudadanos pagarán y que al final no pagan ni un cuerno! — exclamó enfadado.

—Yo solo te debo un poquitito de dinero a ti. — dijo Andrew enfurruñado.

—Y no me has pagado, que es lo peor; ¡ah, pero el señorito quiere seguir gastando su dinero en tecnología armamentista!

—Tú no entiendes mis razones mocoso. Es más, yo no necesito esto, así que me voy de a... — decía mientras se levantaba.

—¡Te vas y filtro información sobre "ese asunto"! — bramó Foster.

Luego de eso la mayoría de los latinos se pusieron a reír, mientras que Andrew y Caden se pusieron más rojos que una fresa.

—Por eso creo que me quedo, no está de más un repasito. — rectificó el estadounidense al volverse a sentar.

"Ese asunto" era cierto calendario de fotos comprometedoras que tenía como protagonistas a ciertos latinos mejores amigos del estadounidense... eso, y una postal muy insinuante.

—Bien, ya que estamos todos reunidos y tranquilos, empecemos con los ejemplos.

Fondo Monetario miró rápidamente toda la sala, sonrió encantadoramente una vez visualizó a su víctima.

—Bielorrusia, ¿puedes venir aquí al frente, por favor?

Vladislav se sobresaltó al escuchar su nombre estatal, era claro que eso era un "sube aquí ahora sino quieres que esto se ponga feo", el por favor era solo una mera formalidad.

Con nervios el rubio subió con Foster al estrado, una vez ahí la organización sonrió todavía con más dulzura.

<< Santo padre, permite que salga vivo de esta>> pensó el bielorruso con horror.

—Muy bien, Vladislav, este es un ejemplo sobre un presupuesto de gastos: tienes diez papas, llega Darius y te quita cinco, ¿Cuántas papas te quedan?

Con la mención de la posibilidad de que el lituano le quitara al bielorruso algo tan preciado hizo a toda la familia ex soviética jadear, incluido, claro, el propio lituano.

Bielorrusia pareció meditarlos unos instantes y luego, con una sonrisa radiante e inocente, respondió:

—Me quedan diez papas... y un cadáver.

—¿pero qué...?

—¡Respétame, Slava, soy tu hermano mayor! — lloriqueó Lituania mientras abrazaba a Kazajistán para ponerse a llorar después.

—Lo siento, — se disculpó Armán. — es que se despertó muy sensible hoy.

—Usa a Genadi. — sorprendentemente, quien lo sugirió fue Rusia. — no sé muy bien lo que tratas de hacer, pero Genya y Slava se llevan muy bien, él es el único con el que comparte todas sus cosas, incluso las más valiosas.

El resto de los convocados solo veían expectantes la escena.

—¿En serio Bielorrusia habló de la posibilidad de asesinar a su hermano mayor por unas papas? — dijo un consternado Caden.

—Sí. — respondieron Pierre y Mauricio al unisón, uno sorprendido y otro de lo más tranquilo.

—Familia de locos. — opinó Andrew.

Foster se sobó las sienes y luego asintió.

—Bien, replanteó, Vladislav: Tienes doce papas, llega Genadi y te quita cinco, ¿cuántas papas te quedan?

—Oh, — el bielorruso sonrió más levemente y respondió con voz melosa. — me quedan ese caso siete papas, y un lindo, llenito, abrazable y mimoso Genadi.

El suspiro soñador que dejó salir después hiso a los europeos sudar frío.

—¡Aquí estoy! — chilló el neoruso. — aliméntame y dame mimos. — demandó.

De inmediato Vladislav se bajó del estrado y se fue feliz de la vida a malcriar a su hermano menor.

Foster solo atinó a parpadear unos segundos ante eso... ¿acaso esos dos...?, mejor no preguntárselo.

—Bien... gracias, Bielorrusia, pero creo que lo intentaremos con alguien más...

De inmediato la organización centró su atención en el continente americano.

—Se las dejaré fácil esta vez, denme un valiente voluntario de aquí a los próximos doce segundos y tal vez no los regañe tan fuerte.

Andrew levantó la mano.

—¡Tú no!

—¿Y por qué yo no?

—La última vez que te pregunté amenazaste con eliminar a medio continente.

—¡Me dijiste que me querían quitar a mi Joshi!

—Te planteé que te quitaran un peluche de los miles que tienes en tu casa, ¡UN SOLO JODIDO PELUCHE!

—Pero el de Ometéotl, ¿sabes lo mucho que significa ese peluche para Mex y para mí?, no, ¿verdad?, ¡eres un insensible!

—Con un carajo, ¡era un jodido ejemplo, porque era el único que tenías a la mano!

—¡Pues ocupa otros ejemplos!, porque esos peluches son dificilísimos de conseguir, tienes que hacer muchos, pero que muchos, méritos para que Joshi te de uno.

España, más que atontado, le preguntó a Portugal.

—¿Se me ha zafado la pinza o Andrew en serio esta haciendo un escandalo por que le quiten un peluche que le hiso mi Lupito?

—Yo tampoco me lo creo. — respondió Portugal.

—Y yo que pensé que era un bastardo peor de frío que Aiden, tío.

Al final no aprendieron nada sobre los malditos presupuestos, pero se enteraron que Andrew tenía solo dos peluches de dioses antiguos, ambos padres de Tezcatlipoca y sus hermanos, y que el americano los cuidaba hasta con su vida... y claro, su sueño era tener a esa familia de dioses completita en peluches.

Buena suerte obteniendo los otros cinco, Andrew, hazlo por tu orgullo. 

CRÓNICAS NORTEAMERICANASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora