¿CELOS?

95 10 5
                                    

Andrew miraba con enfado la interacción entre México y las Alemanias, parecía que esa discusión sobre "cooperación" estaba tardando más de lo estrictamente necesario.

Mauricio se entretenía contándole a ambos jóvenes acerca de las pato aventuras de América del norte, las tonterías que de vez en cuando se les ocurrían y alguno que otro momento incómodo.

Fue ahí donde Albert sacó el peine...

—Entonces, ¿cómo se sintió compartir mesa con tus ex esposos luego de tanto tiempo? — ironizó el alemán oriental.

—O-oye, solo me casé con Austria.

—Pero Hungría se portó más como tu esposo, tengo entendido. — comentó ahora Walter.

—B-bueno, sí, tomo todas las funciones de facto, pero... es una historia un poco compleja.

—Pero, bueno, ¿qué se sintió?

Andrew se levantó de su lugar, en la jardinera de al lado, y caminó hacia los alemanes y el mexicano.

—Pues... fue una situación... nostálgica, supongo; fue divertido ver a Deméter regañando a Clemens y a Bruno por "arruinar los hermosos recuerdos en familia", aunque debo admitir que me sentí bastante fuera de lugar cuando dijo eso de "recuerdos en familia".

Walter miró extrañado a Mauricio antes de comentar:

—Pero Deméter te sigue considerando parte de la familia, según él, como nunca hubo un acta de divorcio formal, siguen enlazados o unidos de alguna forma.

Ahora México se sentía extremadamente incómodo.

—¿En serio?, y-yo...

Andrew tomó a Mauricio en brazos de manera sorpresiva.

—Lo siento chicos, pero su tiempo con Josh se terminó, él debe atender unas cosas con nosotros. — declaró antes de llevárselo lejos.

Una vez lo bastante alejados como para que ese par los siguiera o los viera siquiera, Estados Unidos se animó a preguntar:

—¿Cómo es eso de que convivir con ellos te dio "nostalgia"?

Mauricio miró con pasmo a su amigo por un momento y luego largó a reír.

—¿Celoso, estrellita?

—No, para nada... solo quiero recordarte que es imposible una nueva alianza con ese par.

—Ya lo sé, tonto. Además, Deméter solo me ve como a un hermanito pequeño o un amigo cercano, no como un ex esposo con posibilidades de recuperar.

—Mhm...Mex.

—¿Sí, hamburguesa?

—¿Te acostaste con Hungría alguna vez?

El rostro de México se pintó se fuerte rojo y le dedicó una mirada escandalizada a su rubio acompañante.

—¡¿Por qué quieres saber eso?!, es más, ¿de dónde sacaste esa conclusión?

—Bueno, tú dijiste que Deméter te ve como a un hermano pequeño, la realeza se caracteriza por ser incestuosa, entonces...

—Jódete, Andrew. — murmuró un avergonzado Mauricio.

—¿Sí o no, Josh?

—...Sí... — murmuró un avergonzado México.

Andrew sonrió de manera perversa.

—Tienes que darme los detalles.

—No, no te voy a contar esa parte tan íntima de mi pasado, Aiden ni siquiera lo sospecha.

—Pero yo no soy la perra esa, anda, cuenta.

—¿Acaso yo te pregunté por algo tan íntimo alguna vez?

—No, pero tú estuviste ahí, así que es justo que yo sepa, ya que no estuve ahí.

—... Tal vez luego.

—Haré valer tu palabra.

CRÓNICAS NORTEAMERICANASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora