36 || Draco y yo

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Draco y yo






Esa noche fue horrible para mi.

Sufro de brotes psicóticos desde pequeña, y esa situación los desató brutalmente. No salí ese día de mi cuarto. No comí, no tomé agua, no hice absolutamente nada más que quedarme acostada en mi cama, mirando el techo, pensante y delirante.

Me sentía decepcionada, traicionada. Me sentía estúpida por haber confiado en él y al mismo tiempo no podía dejar de pensar en por qué lo hizo. No lo entendía. Y me daba miedo tratar de entender.

Malfoy vino a mi habitación tres veces a traerme comida y agua, pero al ver que yo solo lo ignoraba, se fue las tres veces que se dió cuenta que la comida seguía intacta al pie de mi puerta. Yo simplemente no quería tener ningún tipo de contacto con nadie. Me sentía demasiado mal como para ser bombardeada por preguntas.

Ya en la noche, como a las 9 o 10, me levanté de mi cama y fuí hacia mi puerta para ir a la cocina en busca de agua, pero apenas abrí la puerta vi a Draco caminando en dirección a mi con otra bandeja de comida entre sus manos.

Alzó la vista, y cuando me vió, su paso vaciló, pero siguió caminando. Quedó frente a mí. Su aroma tan fuerte me irritó.

— ¿Cómo sabías que estaba despierta? — le pregunté en un murmullo amargado. Me examinó de pies a cabeza.

— No lo sabía — replicó y se metió en mi habitación antes de que le pudiera cerrar la puerta en la cara. No dijimos nada. Él me tendió el sándwich que estaba en la bandeja y yo lo tomé en silencio. Agarré el agua que estaba servida en un vaso de cristal y tomé como si hubiera estado caminando durante un mes en el desierto. Mi garganta estaba seca.

— ¿Estás bien? — preguntó Draco. Piqué un pedazo del sándwich y lo acerqué a mi boca, pero no lo adentré. Me encogí de hombros volviéndolo a bajar.

— Estoy para la mierda — fue mi respuesta.

— ¿Qué pasó?

— Tuve una pelea con Tom — dije e instintivamente miré las maletas que estaban al otro lado de mi habitación. Al día siguiente teníamos que irnos para pasar las vacaciones de Navidad con nuestras familias, y se supone que yo iba a pasarlas con Tom.

Se me quitó el hambre otra vez. Y Draco notó que no había tocado mi comida. Entonces decidí distráelo para que no pensara en eso.

— Yo iba a pasar la Navidad con él... — le dije en un murmullo. Tomé una profunda respiración y subí mi mirada al techo tratando de no volver a llorar —. Pero ahora supongo que me quedaré.

Draco no dijo nada. Había empezado a jugar con sus anillos; un signo de nerviosismo. Lo miré curiosa.

— ¿Quieres hablar sobre lo que pasó? — preguntó no muy seguro. Estaba tratando de ser amable, pero simplemente no era propio de él. Casi podía escuchar el te lo dije que estaba reteniendo debajo de su lengua.

— No es necesario — respondí tranquila —. Ya puedes decirlo.

— ¿Decir qué?

— Ya puedes decir "te lo dije, Adele, y eres una maldita idiota por no hacerme caso"

Parpadeó.

— No te diré eso — replicó —. Pero si te diré que no dejaré que pases la navidad aquí sola.

Alcé una ceja.

— ¿Entonces qué? ¿Le pedirás a santa que me secuestre y me ponga bajo tu árbol de navidad? — cuestioné con un tono de irritabilidad. Él pareció querer ignorar eso.

— Mejor: Te llevaré conmigo a la mansión Malfoy para que no estés sola estos días — puntualizó.

— No — me negué —. ¿Qué dirán tus padres? ni siquiera me conocen.

— Claro que lo hacen — dijo, tomándome por sorpresa —. Rita escribió un artículo sobre nosotros el día que hablé contigo en la carpa del torneo. Decía que éramos jóvenes amantes víctimas de un amor imposible. Y ellos lo leyeron. Y por lo que les dije sobre ti, les pareció interesante la idea de conocerte — se encogió de hombros —. Iban a realizar una cena para que te invitara, pero esto es incluso mejor.

— ¿O sea que tus padres piensan que somos novios y por eso me quieren conocer? — alcé las cejas. Negó.

— Saben que somos amigos — corrigió —. Mi papá te quiere conocer por conveniencia, supongo. Y mi mamá porque tiene esperanza de que seamos algo más. Dice le gustaría saber que clase de chica le gusta a su hijo.

Reí un poco.

— ¿Le haz dicho a tu mamá que te gusto? — pregunté divertida.

— No. Solo que me interesas.

Asentí un poco, reprimiendo una sonrisa.

— Está bien — suspiré —. Supongo que es mejor que quedarme aquí sola por el resto de las vacaciones.

— Me aseguraré de que la pases bien — dijo —. Puedo ser una buena compañía cuando me lo propongo.

Le sonreí.

— Seguro que si — murmuré —. Pero bueno, nos vemos en el tren mañana. Tengo que ocuparme de algo antes de irnos.

— ¿Riddle? — cuestionó.

Asentí.

— Riddle.

Sonrió de medio lado con satisfacción, pero lo intentó disimular. Sonrió como cuando sonríes cuando te saliste con la tuya, o sucedió algo que esperabas que pasara para dar tu siguiente paso.

Se notaba que había estado esperando mi pelea con Tom, pero pensó que no lo noté, cuando si lo hice. Y ahora era cuando iba a dar inicio a mi era Malfoy.

— Como quieras.

•••

Stupid Whore #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora