Stupid Whore #1

10 || Chernobyl (+18)

Chernobyl

— Es un amigo — le dije sin despegar mis ojos de los de Tom. Seguíamos frente a frente, y mis palabras al parecer hicieron que se molestara más.

Gellert soltó una risa irónica, interrumpiendo nuestra guerra de miradas de odio.

— Adele, los amigos no se hacen esa clase de reclamos ni pasan barreras de celos como lo está haciendo este niño ahora mismo — me dijo — ¿Quién es? — volvió a preguntar, ahora un poco más serio.

Rompí el contacto visual con el pelinegro frente a mi para voltearme hacia Gellert con los brazos cruzados. Yo no hablé, entonces lo hizo él.

— Soy Tom Riddle, el novio de Adele — se presentó serio.

Sus palabras me hicieron voltear a verlo como si lo que acababa de salir de su boca fuese lo más estupido del mundo. Mi ceño se frunció tanto que seguramente se había formado una uniceja sobre mi frente.

¿Mi novio? ¿En serio? ¿Desde cuando estoy en Chernobyl?, bufé para mis adentros sintiendo mi molestia crecer más.

El semblante de Gellert se relajó al escuchar el apellido "Riddle" salir de sus labios. Le tendió la mano, en un gesto cortes, pero sus ojos seguían demostrándome que lo analizaba muy detenidamente.

— Ah, Riddle — sonrió — Es un placer conocerte entonces, muchacho — Tom le recibió la mano, y cuando se iba a soltar, Gellert lo retuvo ahí con una ligera pero firme sacudida que hizo que fijara sus aureolas azules en las suyas de forma tranquila, pero alerta —. Solo espero que seas consciente de quién es su padre y de las cosas que este haría para proteger a su niña — le dijo en un tono más bajo, tratando de intimidarlo, más Tom le sostuvo la mirada hasta que finalmente, Gellert lo soltó primero. Asintió.

— Por supuesto, señor Grindelwald — dijo con seriedad, y algo de indiferencia. Gellert lo miró satisfecho con una pequeña sonrisa ladeada tirando de sus labios, como diciendo "este me agrada"

— Muy bien. Ahora, si no te molesta, te pido que te retires. Quiero hablar a solas con mi hija.

Tom se quiso negar, pero la mirada asesina que le lancé lo hizo redimirse. Rodó los ojos de forma disimulada, y finalmente cedió.

— Te espero en tu cuarto — me avisó en un murmullo yéndose en dirección a los dormitorios. Suspiré viendo como se alejaba y me volteé hacia Gellert una vez más, el cual tenía una mirada acusadora en sus ojos.

— Primero me dices que es tu amigo y una hora después se aparece de la nada haciéndote una escena de celos y diciéndome que es tu novio. ¿Algo que quieras contarme, Adele? — alzó una ceja en mi dirección, con un aire de intriga.

Apreté los labios.

— Es bipolar — quise justificar la situación.

— No lo dudo. Sin embargo, hay algo que no me termina de cuadrar en esta historia y me gustaría saber que es — dijo —. ¿Me dices o lo averiguo?

— No hace falta — me apresuré a aclarar —. No te mentí, solo somos amigos. Aunque... — apreté los labios — si hay algo que me salté tal vez es el hecho de que somos... amigos muy unidos — entrelacé mis dedos, esperando a que captara la indirecta.

Alzó las cejas.

— ¿Se revolcaron? — cuestionó. Sentí como se me subió la sangre a la cara, y un repentino pánico de que lo supiera me invadió.

— ¡Gellert! — reí nerviosamente —. Dios, ¿Me crees capaz de hacer algo así?

— Si — aceptó —. Sé lo que tengo bajo mi techo. Te conozco mejor que nadie. Por eso si creo que se hayan acostado.