Stupid Whore #1

60 || Un pequeño favor

Un pequeño favor

— Ad — me llamó Draco desde el otro lado de la mesa del gran comedor. Desvié mi vista de Tom por unos segundos para verlo. Traía un sobre en la mano, y supuse que era de Lucius.

— No la llames así — saltó Tom de inmediato, el cual estaba sentado a mi lado.

— Yo la llamo como se me pegue la gana de llamarla — se le alzó Malfoy.

— Draco, lamento decirte que ese apodo ya está ocupado — me metí yo antes de que la cosa se pusiera fea —. Búscate otro mejor. Ya sabes, para que tengamos exclusividad — le sonreí ligeramente en un intento de disimular la burla de mis gestos, pero Tom si lo notó, y no pudo evitar enojarse por eso.

Draco rodó los ojos y deslizó el sobre de pergamino por encima de la mesa. Miré a mi alrededor disimuladamente antes de tomarlo para asegurarme de que Pansy no estuviera cerca.

— Es de mi padre — dijo. Lo abrí asintiendo ligeramente.

— Lo sé — desdoblé el papel con cuidado empezando a leer. Noté de reojo como frunció el ceño —. Pansy ya le tuvo que haber dicho que no estás haciendo nada contra mi, sino todo lo contrario — le expliqué antes de que preguntara. Él asintió.

Cuando terminé de leer la carta alcé la vista hacia Draco con una pequeña sonrisa triunfante. Que inteligente soy, maldita sea.

Le dije a Draco una semana antes de ese día que no hiciera caso de sus advertencias y amenazas y simplemente me tratara como si estuviéramos juntos otra vez, pero no del todo. Eran cosas sutiles, como perdernos clases, hablar muy de cerca y cosas así. Si Pansy nos veía de esa manera, obvio que se lo diría a Lucius, y empezaría a enviar cartas como desesperado ya que Draco no estaba bajo su control, que era exactamente lo que estaba haciendo.

— Vendrá — dije finalmente colocando el sobre sobre la mesa. Mi plan va bien —. Hoy en la noche debería estar aquí. Entonces, Tom — me volteé hacia él y me eché un poco para atrás al ver que estaba muy cerca de mi —. Ven conmigo. Draco — me volteé hacia él — tu prepárate psicológicamente para lo que se viene.

El resto de la tarde me la pasé arreglando todo para el encuentro con Lucius. Hasta Grindelwald me había tenido que ayudar con eso.

Preparamos todo en la habitación de Draco, y la hora de la verdad llegó.

Lucius había llegado.

Draco salió para recibir a su querido padre, y yo me senté en una se las sillas de la habitación que estaban en un rincón oscuro. Ya era de noche. Y eso por alguna razón me hacía sentir la adrenalina martillando mi corazón.

Los dos Malfoys entraron a la habitación minutos después junto con Pansy como una perrita faldera. Ninguno había notado mi presencia.

Lo primero que hizo Lucius cuando se cerró la puerta fue soltarle una cachetada a Draco. Todavía no me habían visto.

— Eres una vergüenza — le dijo —. Lo único que te pedí fue alejarla por el bien de nuestra familia y ni eso puedes hacer bien. Maldito inútil.

— Draco, es por tu bien — le dijo Pansy.

— Pues que considerada — hablé com ironía y todos dirigieron su mirada hacia mí —. Conspirar en contra de la hija de Gellert Grindelwald no siempre es una buena idea y mucho menos utilizando algo tan cutre como tu hijo en vez de hacerlo tú mismo — me puse de pie, dejando ver mi rostro ante ellos —. Hola, por cierto. Es un gusto verte, Lucius ¿Nuevo corte?