32 || Rueda de la Fortuna

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Rueda de la fortuna






Draco y yo nos pasamos todo el día intentando encontrar a Ginny y Hermione, pero quedamos más perdidos que antes y ya el anochecer estaba a solo una hora de caernos encima.

Perderse con ese hombre era una experiencia horrible y más estando en el mundo de los muggles: se quejaba de todo, insultaba a todo el que se le quedaba viendo sea hombre o mujer, miraba con asco todo, me insultaba a mi también, me decía que su padre se iba a enterar de eso...

Horrible, no lo recomiendo en absoluto.

— ¡Más te vale que volvamos a Hogwarts antes de que se haga de noche, Leblanc! — lo escuché decir. Ya me estaba haciendo perder la paciencia —. O juro que voy a buscar la manera de que te expulsen de Hogwarts a ti y a esas dos impuras...

¡COÑO, PANA YA, NOJODA, YA! — Le grité volteandome de golpe, dando mi paciencia por perdida —. ME TIENES HARTA PEDAZO DE GUEVON, SI TANTO TE QUIERES IR PUES VETE BRO, ¿YO TE TENGO AMARRADO ES? NOJODA VETE DERECHITO Y POR LA SOMBRITA AL CARAJO, DANIEL LORENZO MALFOY, Y DE PASO TE MAMAS A TODO LONDRES EN HECTÁREAS DE WEBO, RIDÍCULO — tomé una respiración, bajando mi voz —. Mielda chamo que intensidad tan arrecha, naguevonada. Anda a cagar mejor y déjame de joder, pajuo.

Finalmente bufé girando sobre mi talones y volviendo a caminar. Por lo menos me desahogué. No pude dar más de dos pasos, ya que me tomó del antebrazo con fuerza y me hizo voltear en dirección a él. Se veía molesto. Muy molesto.

— No entendí una mierda de lo que dijiste, pero normalmente lo único que sale de tu boca cuando hablas en español son insultos, y no voy a permitir que me insultes, Leblanc — sentenció —. Ya suficiente tengo con qué me hayas arrastrado hasta esta porquería a la que los muggles llaman hogar.

Suspiré, reuniendo toda la paciencia posible para no lanzarle un coñazo ahí mismo. Entiéndelo, tiene miedo, traté de razonar, pero no podía ¿a qué podría tenerle miedo? ¿a un otaku?

— Draco, solo tenemos que encontrar a Ginny y Hermione para poder irnos — dije, tratando de sonar lo más tranquila posible —. ¿No puedes esperar un poco más?

— No, no puedo, porque muero de ganas por ir y contarle a Dumbledore que hiciste una Aparición dentro de Hogwarts y encima nos trajiste al mundo Muggle sin consentimiento — tajó.

Fruncí el ceño, pero después entendí a lo que se refería.

Las apariciones estaban prohibidas dentro de Hogwarts, y aún más si eres menor de edad. También para realizarlas había que tener un permiso especial, el cual yo no poseía, y para ir al mundo muggle era un poco de lo mismo.

Mierda. Todo mal. Me sentí estúpida por unos segundos, pero bueno, ya que. Tocará improvisar.

— Ay no, mamalo — giré otra vez y seguí caminando con él pegado como una garrapata yendo en dirección a cualquier lado.

Caminamos por un rato más entre quejas de Draco y amenazas estúpidas, hasta que a lo lejos vi una especie de feria, y se me ocurrió una idea.

— Subamos a la rueda de la fortuna — propuse. Él volteó a verme con el ceño fruncido.

— ¿Eso que carajos es? — preguntó. Rodé los ojos y apunté a la ruleta gigante que daba vueltas en el aire.

— Eso. Desde ese punto podremos buscarlas con un mejor ángulo. Tal vez están cerca.

— ¿Y qué te hace pensar que ellas están aquí?

Me encogí de hombros.

— Hermione no es estúpida. Seguramente pensó lo mismo que yo pensé al venir aquí — confié en eso y lo tomé de la muñeca para arrastrarlo hasta que llegamos a la fila de la rueda. Lo vi arrugar más su ceño.

Stupid Whore #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora