5 || Tom Marvolo Riddle

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Tom Marvolo Riddle






Desperté a las 8 de la noche ese mismo día con un dolor de cabeza horrible y unas náuseas que me hicieron pensar que iba a botar el estómago por la garganta. Justo cuando abrí los ojos los gemelos llegaron riendo a la enfermería, y estos sonrieron aún más cuando notaron que estaba despierta. Fred le pasó un billete a George, y yo no pude evitar rodar los ojos por la aparente obsesión que tenían por las apuestas.

—Voy a empezar a creer que son ludópatas —fue lo primero que dije al incorporarme, suspirando con cansancio.

—Buenas noches, señorita Leblanc —saludó Fred de forma animada, ignorando mi comentario en lo que caminaba hacia mi con un aire de diversión, dejando a su hermano atrás.

—¿Cómo amaneces? —me preguntó George acercándose por mi derecha.

—Nunca he estado mejor —ironicé.

—¿Recuerdas lo que pasó? —habló Freddie sentándose a mi izquierda. Entrecerré los ojos y llevé mi mano a mi mentón fingiendo hacer memoria.

—¿Qué Tom Riddle me metió un putazo? —cuestioné con sarcasmo—. Si, creo que lo recuerdo a la perfección, gracias.

—¿Qué es un "putazou"? —preguntó George sentándose al otro lado.

—Significa "golpe" en español.

—Estuviste inconsciente un tiempo —admitió su gemelo colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja—. Y no, señorita dramática, no te metió un "putazou" como tú dices. Solo te hechizó como a la bella durmiente.

—Ah, mejor entonces —dije sarcástica. Rio.

—Fueron unas horas nada más. Deja de chillar.

—¿Y de qué me perdí? —pregunté alzando una ceja.

—Las inscripciones para el torneo están cerradas —dijeron al unísono—. Le hicimos una broma a Snape y...

Ahí los dejé de escuchar. Realmente no me interesaban mucho los chismes de Hogwarts.

Después de un rato hice que me acompañaran a la puerta de la sala común de Slytherin con la excusa de que podría desmayarme en cualquier momento, pero solo no quería caminar sola por los pasillos, ya que estaban alarmantemente solos y me daba miedo. Les agradecí antes de entrar a la sala, queriendo ir a bañarme con agua caliente y envolverme en diez sábanas ante el frío que tenía.

Lo que no me esperé es que esta estuviera casi sola a excepción de un chico que estaba en los sillones centrales, leyendo. Iba a pasar de él e irme a mi habitación para descansar, pero me detuve en seco al leer las iniciales en la tapa dura de sus libros.

TMR.

Contuve la respiración.

Tom Marvolo Riddle...

Levanté mi vista hacia él para detallarlo, y Dios, mis ojos no podían creer la belleza de ser humano que estaban apreciando.

No se parecía en nada al Tom de las películas. Este era, sin exagerar, el hombre más hermoso que había visto en mi vida. Su cabello era negro como la noche y estaba desordenado de una forma armoniosa que contrastaba perfectamente con sus facciones. Era alto, muy alto. Y su cuerpo tenía una contextura física hermosamente equilibrada. Poseía una nariz respingada y perfilada, unos labios rosados que provocaba morder hasta hacer sangrar, y para finalizar, lo que más me cautivó de Tom Riddle: sus ojos. Sus malditos ojos. Eran tan azules que casi rozaban la blancura. Nunca había visto unos ojos tan desarmantes en mi vida.

Stupid Whore #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora