46 || Rodolfo el reno

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Rodolfo el reno






Cuatro días. Eso fue lo que duró mi relación con Draco.

Fue, probablemente, la relación más corta y absurda que tuve en mi vida. Y supe que se había acabado cuando me encontraba caminando por los pasillos de la sala común, con dos barras de chocolate en la mano, y lo vi con Pansy, besándose.

Esa noche habíamos terminado de tener sexo y le dije que iba a buscar algo de comer a la cocina. Quise llevar algo para que comiéramos ambos en vez de comer sola, entonces llevé dos tabletas de chocolate para que las compartiéramos. Se veía normal. Me trataba igual que siempre. Nunca se me pasó por la cabeza sospechar lo que estaba haciendo.

Cuando entré a la sala común y empecé a caminar hacia su habitación, primero me pasé por la mía para buscar mi tablet, ya que a él le gustaba escuchar música mientras se dormía. Y cuando volví a la sala, escuché una especie de gemidos venir del fondo. Recuerdo haber reído y fui a chismosear solo para irle con el chisme a Draco cuando llegara.

Me acerqué sigilosamente, mordiendo mi labio para no hacer ruido. Y al asomarme a ver quienes eran, contuve la respiración. El airé se atascó en mi garganta, y sentí el coraje clavarse en mi pecho como una estaca.

El premio para la estupida del año me lo llevo yo.

Lo bueno es que ya se sabe el chisme.

Estaba Draco encima de Pansy, besándola agresivamente con sus manos paseándose por todo su cuerpo. Quería que lo viera. Lo sabía porque si hubiera querido mantenerlo en secreto, no lo habría hecho en ese momento, que le dije que pronto volvería. Pero no lo iba a dejar saber que lo había visto.

No hice ningún ruido. Solo di dos pasos atrás, me tropecé un poco, y me fui. Caminé lentamente de regreso hacia su habitación, esperando escuchar que él la apartara o algo, pero en su lugar, escuché un escandaloso gemido de Pansy y eso me terminó de confirmar lo que estaba sucediendo.

Draco me estaba poniendo el cuerno.

Duren.

Una sola pregunta pasó por mi mente. ¿Por qué? estábamos bien hasta hace 15 minutos. Teníamos sexo regularmente. Le prestaba atención. Era cariñosa, atenta. ¿Por qué haría eso?

Venganza. Era algo obvio que por eso lo hacía si su intención era que lo encontrara ahí con ella. No estaban siendo discretos, ni mucho menos silenciosos. Quería vengarse, ¿pero de qué? no había hecho nada mal, y lo sabía.

No me dolió tanto como esperé. Solo fueron unas cuantas lágrimas y el sentimiento de traición el que más me golpeó. Saber en que estaba confiando tan plenamente en Draco y él solo... me traicionó de una forma tan asquerosa que me daban ganas de vomitar.

Fuí a su habitación, dejé un chocolate sobre su cama y volví a salir. Me quedé recostada contra la puerta, pensativa, y con las lágrimas bajando por mis mejillas. De repente me sentí estúpida. ¿Como pude pensar que Draco Malfoy me tomaría como algo serio? la sensación de que solo me utilizaban para sexo me golpeó como un balde con hielos. Y eso si que me dolió. Tom, Fred, Draco. Me dieron más ganas de llorar el hecho de que solo me usaban para sexo que la propia infidelidad del rubio. Quién lo diría.

En ese momento, no pensé en las consecuencias. Solo quería librarme del dolor de alguna manera. Dolía, si, si dolía. Y quería, aunque sea por unos míseros segundos, sentirme bien. Entonces por eso caminé hasta llegar a su habitación, sin pensar en nada más que en mi placer. Quería ahogar el dolor con mi cuerpo, y él no se iba a negar.

Stupid Whore #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora